Por Marcel Garcés Muñoz
La ausencia de sustancia política real, de un mensaje coherente que pueda vestir al candidato presidencial de la Derecha, Sebastián Sichel, ha apresurado a su equipo de campaña a constituir un grupo de trabajo electoral, “ideológico” que pueda ofrecer un “relato”, publicitario creíble, pero sobre todo engañoso y demagógico, para intentar presentar una imagen que resulte una marca “vendible” al estilo del clásico “Coca Cola refresca mejor”, para la conquista de una masa electoral, a la que consideran manipulable, para competir por La Moneda.
De lo que se trata es disfrazar su exigua historia ideológica y política, sus vaivenes partidistas y su carácter de instrumento al servicio de grupos y poderes económicos, su carencia de ideas propias, ideológicamente formuladas, y sobre todo de vestirlo con un ropaje populista, destinado a manipular, engatusar a un electorado ciudadano al que se menosprecia, se supone y declara de declara menor de edad.
El desprecio por el ciudadano elector es clave en la formulación de esta estrategia de puesta en venta de un bien de consumo político, que recuerda el paternalismo de los latifundistas y caudillos populistas, sus prácticas de acarreo y cohecho de los siglos pasados y la manipulación publicitaria de una oferta electoral desesperada inventada en Palacio y en las esferas “pensantes” de la Derecha económica, social y publicitaria.
Lo que se coloca en las vitrinas y en el mostrador público es “producto” electoral, al que se viste de un envoltorio de papeles de colores, bien brillantes, para simular una oferta insuperable, de digestión fácil, pero sin contenido real, sin sustancia y además indigesto.
El “invento”, que representa hoy los intereses presidenciales de la Derecha, por supuesto, se proclamó “independiente”, asegurando que “no es político”, aunque ha transitado por diversas partidos, tendencias, ha servido a muchos señores, para aterrizar en el rol de “salvador” de una derecha en franco rumbo de colisión con el fracaso y la derrota a la llevó uno de sus últimos servidores, otro “invento” inepto, el actual presidente Sebastián Piñera.
No resulta por ello sorprendente que uno de sus primeros actos de campaña haya sido dar cuenta de sus objetivos, a los líderes de la coalición derechista “Chila Vamos”, que aunque arriscan la nariz con el aparecido, no ven otra alternativa que financiarlo, y comprometerlo o subordinándolo a una política práctica que defienda sus intereses.
Ahora resulta que vieja Derecha empresarial, monopólica, golpista, prepotente, desprestigiada, de la mano del nuevo “mesías” o la “última esperanza”, Sebastián Sichel, descubrió la sensibilidad social, la democracia representativa, la injusticia territorial o el centralismo, el desarrollo con justicia territorial, el cuidado del medio ambiente, la defensa de la ”clase media”, la pobreza, a “la gente”, el crecimiento económico, y por cierto el cuidado de la salud , de las pensiones, y hasta, no faltaba más, la defensa de los derechos humanos, aunque claro, lo primero de todo, es el derecho a la propiedad privada y la riqueza, la defensa de la “ganancia”, y el robo de los fondos de pensiones de los trabajadores y la llamada “”clase media”.
Y para confirmar su carácter de “independiente”, le han designado a otro ideólogo ”independiente”, Juan Luis Ossa Santa Cruz, como cabeza de su equipo programático. Ossa Santa Cruz, cientista político, historiador preparado en universidades inglesas, hijo del fallecido dirigente del Partido Nacional y del terrorista Comando Rolando Matus contra el Gobierno del presidente Salvador Allende, Juan Luis Ossa Bulnes y de la historiadora y constante columnista de El Mercurio, Lucía Santa Cruz, ha sido el encargado por la derecha, para endilgar al joven Sichel por los caminos procelosos de la política, para asegurar que no se desviará del camino correcto.
Obviamente el otro hijo del matrimonio Ossa-Santa Cruz, partidarios entusiastas del dictadopr Augusto Pinochet, es el ministro del gabinete ministerial de “salvataje” del presidente Sebastián Piñera.
Todos los cuales se jactan de pertenecer, provenir, ser herederos, por lo menos descendientes, del Conde de la Conquista, don Mateo de Toro y Zambrano, de los “larraínes” de la época, que buscaron en el lejano 1810 defender el colonialismo hispánico, ante los embates insurgentes de los patriotas independentistas criollos.
Algo se repite en la historia de Chile.
El novedoso “libro rojo” propandístico de Sichel, elaborado por la Corporacion Sumamos, encabezada por Ossa Santa Cruz, y financiado por ya se sabe quiénes, se titula “Una cultura reformista para el Chile del siglo XXI”, donde se elabora la estrategia bajo el slongan de “Reformar el país más que refundar”.
Se propone recuperar y profundizar la democracia representativa, un Estado moderno para la gente, desarrollo con justicia territorial, mayor crecimiento económico y cuidado del medioambiente, todo lo cual han no solo descuidado, sino que claramente, despreciado en los siglos que han estado a la cabeza de los poderes, políticos, económicos y militares del país.
Juan Luis Ossa Santa Cruz, encabeza así, por razones de clase, para dar confianza a los que se resisten a dejar sus posiciones de poder, que por lo visto consideran un derecho histórico, al equipo “ideológico” de Sichell, con la tarea de “proyectar” la campaña electoral, formulando un “relato” publicitario, y unificando los mensajes que deben inundar discursos, propaganda, editoriales, singles, mensajes, del sector. Y alinear a los partidos políticos de la derecha, a los díscolos o críticos, juntando, dicen, “diversas miradas, como a los liberales y los socialcristianos”.
Junto a él están otros personajes (“tontos útiles” se les definía en el pasado, con otras aviesas intenciones) como la ex ministra y ex militante DC, Mariana Aylwin, la investigadora del empresarial Centro de Estudios Públicos,CEP, Sylvia Eyzaguirre y Pablo Ortúzar, invest8gddor del IES. Y otrsos “intelectuales de distintas corrientes”, que integran en conjunto algo asi como el pensamiento integrista (Opus, Legionarios, iluminati, dogmáticos y otros ejemplares del pensamiento filosófico, sociológico, propagandístico y los intereses del neoliberalismo global, imperial, económico y social, y las pretensiones hegemónicas económicas y políticas y militares, del Nuevo Orden Mundial unipolar) alineados para la confrontación con la modernidad, el pensamiento crítico, el reformismo, la refundación social y cultural, los derechos humanos y el progreso histórico, cultural y civilizatorio.
De acuerdo al diario “La Tercera”, ”el trabajo de Ossa y su equipo tiene su eje en una idea fundamental: la de la cultura reformista. En ese sentido, pretenden hacer confluir distintas corrientes del sector (socialcristianos, comunitaristas, liberales y conservadores), pero ampliando hacia el centro, pues están convencidos de que así se puede gobernar de manera más eficaz”.
Port su parte Ossa, explicó a la misma publicación que “Ahora lo que estamos haciendo es yendo más al fondo, tomando ese concepto, pero mezclándolo con más disciplinas, historiadores, abogados, filósofos, para plantearle a la ciudadanía elementos centrales de la campaña que, por un lado, nos diferencia de la izquierda, y por otro agrupa de buena forma lo que llamamos el centro político”.
Asimismo, agrega que “la hipótesis es que ahí donde la izquierda, la antigua, la clásica y la nueva izquierda buscan refundar una revolución institucional, nosotros proponemos reformar las instituciones, fuertes cambios, pero sin desmerecer lo que se ha hecho en los últimos 30 años, sin saltarse las reglas y los poderes constituidos”.
Lo que está en juego es mucho más – con toda la importancia que sin duda tiene- que la institucionalidad los derechos y deberes ciudadanos que pueda configurar la Convención Constitucional, y que sin duda ni vacilaciones es necesario impulsar y sobre todo defender.
De lo que se trata por parte de la Derecha, de sus fuerzas económicas y fácticas, es una estrategia destinada a frustrar los cambios que la historia y la voluntad democrática demandan.
El principal editorial de este viernes 13 de agosto de El Mercurio no deja lugar a dudas, y es una virtual declaración de guerra, una más contra el proceso de generación de una Nueva Constitución, demandada mayoritariamente, democráticamente, por el pueblo chileno
Y además es una franca desvergüenza, una hipocresía que los impulsores ideológicos, políticos, empresariales y comunicacionales del Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, cómplices de las peores violaciones a los Derechos Humanos de la historia nacional, hablen hoy al anunciar la edición de un suplemento (“Crónica Constitucional”) “para acompañar semanalmente todo el proceso constitucional”, que “resulta indispensable la apertura de todos los actores a discutir racionalmente sobre contenidos, dejando atrás mezquinas luchas de poder o defensa de intereses particulares”.
Lo que sigue en el editorial, simplemente es increíble, teniendo en cuenta el prontuario de este periódico, de los sectores de los cuales es mentor ideológico, respecto de Derechos Humanos, convivencia o democracia, complicidad con los crímenes de la dictadura de Pinochet, y la conspiración de sus ejecutivos con el Golpe de Estado, y su subordinación a la planificación criminal, de Nixon, Kissinger, el Pentágono y las tranasnacionales.
Dice El Mercurio: “Deseamos ser un aporte, en un ambiente en que con demasiada frecuencia se recela de ideas diferentes y se tiende a caer en descalificaciones personales o en la cancelación de de quien piensa distinto. Esa deshumanización de quien se juzga como adversario en que cualquier acercamiento se está vedado o considerado una especie de traición está en la base de los quiebres de la convivencia y la pérdida de la democracia”.
¡Sería como para emocionarse, si la realidad histórica no nos hubiese enseñado que “El Mercurio miente” y su retórica no escondiera una realidad siniestra, que es su complicidad con el genocidio, la crueldad represiva, del genocidio, el degollamiento de demócratas, la persecusión de patriotas, la tortura, el exilio, el lanzamiento de chilenos al mar o a los ríos o volcanes.
Y si el mensaje demagógico no tuviera otro objetivo que desfigurar la historia y buscar imponen una verdad falsificada con el objetivo político de mantener el poder, y defender sus intereses, con la figura de su títere de hoy.
Lo importante es que el progresismo no tiene derecho a ignorar esta amenaza y dejarse arrebatar el avance logrado por el pueblo, la calle, las generaciones jóvenes, las mujeres, los pueblos originarios, las mujeres, los ciudadanos, las minorías sexuales, la tierra, la ecología las riquezas estratégicas del país.
Lo concreto es que mientras la Derecha busca la revancha política y social, y se dispone a luchar por todos los medios a su alcance en el plano de la consignas y la política, pero claro, no solo en ello, aún la centroizquierda, la izquierda, las organizaciones sociales, no dan muestran de un trabajo activo en el campo de las ideas, y muchos menos de la organización unitaria de sus fuerzas.
Desgraciadamente se sigue imponiendo al fraccionamiento, las intrigas, el divisionismo, en definitiva la irresponsabilidad política y será responsabilidad de las dirigencias si el valor de las luchas democráticas y sociales no son capaces de hacer realidad las esperanzas, las demandas y los sueños del pueblo.
¡Ya es tiempo!
(fin)
