La renuncia del general Mario Rozas, como director de Carabineros de Chile, es el colofón de una larga lista de denuncias por reiteradas violaciones de derechos humanos que han sido perpetradas por esa institución.
Rozas ocupó el cargo en los primeros meses de 2019 en sustitución del entonces general Hermes Soto, quien fue removido de su cargo tras la crisis que provocó al interior de Carabineros el homicidio del joven mapuche Camilo Catrillanca.
Las primeras exigencias de su renuncia surgieron tras el estallido social del 18 de octubre de 2019, cuando se manifestó con especial saña la violencia policial en contra de los manifestantes, muchas veces pacíficos, que provocó una veintena de muertos y más de tres mil heridos de ellos cientos con graves daños oculares por impactos de perdigones.
Poco antes de cumplirse un año de ese acontecimiento, el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) informó de la presentación de dos mil 520 denuncias por hechos ocurridos entre el 18 de octubre de 2019 y el 18 de marzo último, de las cuales dos mil 340 fueron presentadas contra personal de carabineros.
La mayoría de las denuncias fueron por apremios ilegítimos, tortura y violencia innecesaria, con un total de tres mil 23 personas afectadas contabilizadas por el INDH, incluyendo entre ellas a 468 niños y adolescentes.
Paralelamente, la Contraloría General de la República lleva desde mediados de año un sumario a Carabineros que incluye cargos contra siete generales, tras recibir 457 denuncias de personas anónimas y de organismos de derechos humanos.
Entre esos altos oficiales, a los que se les responsabiliza administrativamente por la extrema violencia contra los manifestantes, figura Ricardo Yáñez, que fue designado por Sebastián Piñera como sustituto de Rozas.
Pero los reclamos de renuncias se multiplicaron luego que el 1 de octubre último un joven de 16 años resultó gravemente herido tras ser empujado desde un puente al río Mapocho, por un carabinero durante una manifestación en esta capital.
Luego, el descubrimiento de un carabinero que como “agente encubierto” azuzaba a los pobladores de una barriada capitalina a atacar una comisaría y cometer otros actos violentos acentuó la desconfianza sobre la probidad de los miembros de la institución.
La gota que colmó la copa fue el caso de dos menores de 14 y 17 años que fueron baleados por carabineros durante un operativo en un hogar del Servicio Nacional de Menores.
A pesar de este prontuario, Piñera no pronunció una sola crítica hacia el alto oficial al aceptar su renuncia, sino que expresó “el mayor aprecio, admiración y gratitud por la labor que ha cumplido el general Rozas”. Esas declaraciones generaron en las redes sociales y en la oposición numerosas críticas al mandatario, a quien también reclaman su responsabilidad por la crisis en la institución.
Santiago, 19 de noviembre 2020.
Crónica Digital / Prensa Latina.