Además de estas indagaciones, la autoridad abrió una cantidad sin precisar de investigaciones disciplinarias administrativas, a partir de la actuación de agentes.
Gran parte de las pesquisas de la IGPN respondieron a denuncias del movimiento de los Chalecos Amarillos, que llevó a las calles demandas sociales sábado tras sábado, manifestaciones que con frecuencia incluyeron enfrentamientos con uniformados, represión y acusaciones mutuas de violencia innecesaria.
De acuerdo con el documento oficial, cuatro de cada 10 pesquisas se relacionaron con el empleo de la fuerza por la policía durante manifestaciones, un 14 por ciento con el trato a detenidos y un 13 con la conducta en el curso de verificaciones de identidad y controles de tránsito.
Decenas de miles de franceses salieron a las calles en los últimos días, sobre todo el martes y el sábado, para protestar contra la violencia policial y el racismo, motivados por el asesinato en Estados Unidos del afroamericano George Floyd y el paralelismo que establecen entre su caso y la muerte bajo custodia de gendarmes del joven negro Adama Traoré, ha
Las investigaciones judiciales no significan una presunción de que los agentes cometieron faltas, precisa la directora de la IGPN, Brigitte Jullien.
Sin embargo, la imparcialidad de esta institución de control interno es cuestionada de manera recurrente por sectores de la sociedad.
En el centro de varias pesquisas derivadas de denuncias de abuso policial están las llamadas ‘balas de defensa’ y las granadas de dispersión, que serían responsables de causar heridas o mutilar a manifestantes.
Al respecto, el informe de la IGPN refleja que en 2019 los uniformados lanzaron 10 mil 785 balas y tres mil 244 granadas, cantidades inferiores a la utilizadas en 2018.
París, 8 de junio 2020
Crónica Digital/PL