La insatisfacción de la oposición por los resultados del diálogo convocado por Sebastián Piñera, quien alcanza los niveles más bajos de popularidad, y un débil crecimiento de la económica, marcaron en Chile la semana que concluye.
El miércoles Piñera cerró el ciclo de contactos con las fuerzas de la oposición al reunirse en el Palacio de La Moneda por alrededor de una hora con cuatro partidos integrantes del Frente Amplio (FA), sin resultados plausibles de alcanzar algún tipo de acercamiento en temas de interés nacional.
Los asistentes presentaron un documento al mandatario con sus principales propuestas, referidas a la situación de la violencia de género, pensiones, educación y participación democrática, entre otros, que según expresaron, no tuvieron contrapartida alguna, pues Piñera sólo hablo de medio ambiente y lucha contra las drogas.
Al respecto, Stephanie Peñalosa, vocera del FA, consideró improductiva la reunión porque el Gobierno no presentó ninguna propuesta sobre la cual debatir en busca de entendimientos, algo muy difícil, reconoció, por tratarse de posiciones antagónicas.
Este supuesto diálogo había comenzado la semana anterior con reuniones con los presidentes de los Partidos Socialista, Radical, Por la Democracia y Democracia Cristiana, los cuales tampoco evidenciaron ningún cambio efectivo en el ambiente político.
Analistas advertían que la aparente actitud dialogante de Piñera obedecía al interés por sacar adelante una serie de proyectos legislativos que se encuentran estancados en el Congreso y cuyo éxito es bien incierto por cuanto la oposición posee mayoría en ambas Cámaras.
Al parecer el Mandatario no consiguió dividir a las fuerzas opositoras, pues los jefes de las bancadas de diez partidos políticos firmaron un documento en el cual manifestaron su decisión de actuar unitaria y coordinadamente para que la mayoría opositora “se traduzca en una herramienta a favor de la profundización de derechos sociales y protección de la ciudadanía”.
El Presidente, por su parte, no parece haber obtenido mayores resultados que los dudosos dividendos mediáticos del presunto diálogo, pues el respaldo de los chilenos a su gestión cayó 10 puntos hasta ubicarse en 34 por ciento, según reveló una encuesta de consultora Criteria.
Ese resultado, correspondiente a marzo, es el más bajo en lo que va del segundo mandato de Piñera, mientras que la desaprobación subió hasta el 53 por ciento, y al gabinete tampoco le fue mucho mejor, pues el nivel de aprobación a su gestión descendió de 40 a 33 por ciento.
Por otro lado, el viernes el Banco Central informó que la economía de Chile reportó en febrero un crecimiento de 1,4 por ciento en relación con igual mes de 2018, lo que representa el resultado más bajo desde junio de 2017.
El informe del Índice Mensual de Actividad Económica achacó el bajo crecimiento, otra vez, a los pobres resultados del sector minero, el más importante de la economía nacional, que disminuyó 7,8 por ciento en comparación con igual etapa del año precedente.
Santiago, 6 de abril 2019
Crónica Digital / Prensa Latina.
Piñera y los de su calaña, tienen en su ADN la mentira y el engaño. No pueden sincerarse ni hablar con la verdad. Sus intereses -y los que defienden- son insostenibles porque atentan y excluyen a los sectores mayoritarios. Están a contracorriente de los intereses soberanos del país. Son los Judas modernos, entregados a los grandes capitales. Intentan mantenerse en el gobierno y mantener una imagen favorable en la opinión pública; apoyados en su poder económico y mediático. Su interés en el diálogo es sólo un schow, es un “juego de piernas”