Lejos de salir alguna nación de esa situación, la lista aumentó en dos – Cabo Verde y Senegal- y suman ahora 39 los países que enfrentan un mayor riesgo alimentario, 31 África, siete en Asia y Haití en el área del Caribe, según el registro del organismo especializado de ONU en su informe Perspectivas de cosecha y seguridad alimentaria de marzo pasado.
La guerra y la inseguridad en África y Medio Oriente, destaca el texto comentado hoy aquí por FAO, elevaron las tasas de hambre, al desplazar a millones de personas, con frecuencia con una gran presión sobre naciones vecinas, imposibilitando a los agricultores cultivar la tierra.
Además las escasas lluvias afectaron las perspectivas de producción de cereales en América del Sur y África austral, condiciones meteorológicas desfavorables que igual incidieron con fuerza en las comunidades pastoriles de África occidental.
Por demás, el pronóstico más reciente de la FAO para la producción mundial de cereales en 2018 vaticina un descenso interanual del 1,5 por ciento en relación al nivel récord alcanzado en 2017
Caída que será mayor en algunas áreas, en particular América del Sur, del Norte y África austral.
Las lluvias últimas auguran un aumento de la producción de cereales en África oriental tras largo período de bajas cosechas por sequía.
Aunque, apuntó, hubo lluvias torrenciales que provocaron inundaciones en Somalia, Etiopía y Kenya y el desplazamiento de unas 800 mil personas.
Por añadidura la tendencia de los precios de los alimentos básicos en esa subregión es al alza, sobre todo en Sudán y Sudán del Sur, lo cual impide un mejor acceso a los alimentos y refuerza el riesgo de inseguridad alimentaria.
Roma, 7 de junio 2018
Crónica Digital/PL