A estas alturas la bestia negra de los candidatos presidenciales en Chile es el abstencionismo, que ya marcó casi un 54 por ciento de ausencias en la primera vuelta de los sufragios del 19 de noviembre.
Como quiera que el voto no es obligatorio, el senador centroizquierdista Alejandro Guillier y el ex mandatario conservador Sebastián Piñera realizan enormes esfuerzos para seducir a los chilenos de cara al balotaje del próximo domingo.
De 14 millones de ciudadanos con derecho al sufragio, apenas unos 6,5 millones de personas acudieron a las urnas. A priori, esta situación puede agravarse salvo que el duro enfrentamiento entre ambos políticos termine con la indiferencia.
En el chileno común se ha apoderado la idea de que inclinarse por uno u otro aspirante al sillón del Palacio de La Moneda no hará ninguna diferencia. “No mejoraré mi vida, mi salario, ni mis deudas”, repiten.
Según corrientes de la centroizquierda, el abstencionismo pudiera favorecer a Piñera, quien goza de una tremenda maquinaria de medios y adherentes a partir de su notable poderío económico.
Sin embargo, no es tan clara esa idea. El magnate ha logrado sumar a su campaña a deportistas famosos y puso foco en los barrios más desfavorecidos del país austral. Tal vez también necesite de los indecisos o apáticos.
Tras un debate radial el jueves, bastante moderado, y en el umbral de otro televisivo este lunes, los dos políticos siguieron atacándose mutuamente y cada uno intensificó su campaña.
Queda claro a primera vista, que toda la centroderecha ha cerrado filas para blindar la candidatura del multimillonario, pero sabe a poco. El peligro es una eventual unidad de la centroizquierda.
Si ello ocurriera, el senador Guillier contaría con el 55 por ciento de los apoyos, algo que se antoja surrealista aunque tampoco descabellado. El aspirante de la coalición gubernamental Nueva Mayoría no convence por completo.
Las razones, su programa de medidas que deja insatisfecho al emergente Frente Amplio, la joven agrupación de pequeños partidos y movimientos de izquierda, ni tampoco agrada al ala más conservadora de la Democracia Cristiana (DC).
De todas formas, Guillier volvió a respirar aliviado al obtener la ratificación de espaldarazo de la senadora y fracasada candidata presidencial de la DC Carolina Goic, quien abandonó hace poco el liderazgo de su organización.
Goic, que obtuvo apenas un 5,8% de los votos en la primera vuelta de los sufragios el pasado 19 de noviembre, dijo a la prensa que el deseo de los chilenos es trabajar juntos en función de sus necesidades, de sus prioridades.
Chile, el próximo domingo 17 de diciembre, tiene que optar entre dos caminos y yo no tengo dudas que Guillier es el que representa ese camino que nos permite avanzar más en justicia social, en un Chile inclusivo, que crezca para todos, anotó.
Por Fausto Triana
Santiago de Chile, 11 de diciembre 2017
Crónica Digital /PL