Las tareas no son pocas, pero resalta la defensa de las reformas puestas en marcha, detener la ofensiva derechista que busca frustrar las esperanzas de salarios y pensiones dignas, de educación gratuita y de calidad, de modernizar y descentralizar el país, de respeto a los derechos ciudadanos de progreso social y económico, de una atención de salud garantizada para todos, de trabajo digno y salarios justos, de mas democracia, de recuperación de la cultura ética en la política, de rechazo a la colusión, el abuso y la corrupción, de respeto al medio ambiente, de reconocimiento de la deuda histórica con los pueblos originarios, de respeto al mundo de la mujer y su rol en la sociedad, tanto a sus derechos en ámbito de todos sus derechos.
Es el momento del Programa para que el reencuentro con la ciudadanía tenga el contenido que reclaman sus demandas, en que se incluyan sus esperanzas de una vida mejor, más plena y segura, y con más certeza en el futuro.
Es el momento del despliegue electoral- que debe expresar y contener no solo la búsqueda del voto, de la adhesión, sino que el compromiso ciudadano de la participación, del protagonismo popular, en el futuro gobierno, para que el presidente, los senadores y diputados, las autoridades que representen sus esperanzas, se sientan acompañados y estimulados en el cumplimiento de sus responsabilidades.
Es el momento de todos los sectores que acompañan al abanderado: las organizaciones políticas y sociales que reconocen filas en la creatividad social y cultural y en el progreso y en el desarrollo económico.
Aquí no sobra nadie. Tienen su lugar los Partidos políticos, los independientes, los agnósticos y los cristianos, las mujeres, los jóvenes y los de la llamada generación dorada, -nuestros viejos-, los empleados, los obreros, los profesionales, los pueblos originarios, los chilenos que viven en el extranjero y que sienten una responsabilidad por el país que les vio nacer, la clase media, los empresarios que dan trabajo y hacen patria.
Es la hora de abrir las puertas a todas las sensibilidades progresistas, democráticas, reformistas, renovadoras.
Es la hora de un Comando abarcador de todas las tendencias capaz de elaborar una estrategia política que exprese esperanza y realidad, que sea capaz de llegar a cada uno de los chilenos con un mensaje claro de objetivos y realizaciones, describiendo un escenario futuro para el país y los chilenos, no solo posible sino que esperanzador.
Comunicar, organizar, movilizar, identificar demandas y sueños, despertar la creación individual y colectiva, comprometer, ampliar la base social ciudadana, generar la èpica de la victoria, es la tarea y el afán de cada día.
La candidatura de Alejandro Guillier es un proyecto histórico, político, social, económico, cultural que debe marcar una nueva época para Chile, y que parte de lo ya realizado, por todos los que han ideo abriendo el camino de la democracia, tras la noche de la dictadura.
De lo que se trata hoy es ganar la contienda presidencial y las parlamentarias.
Por Marcel Garcés Muñoz
Periodista
Director de Crónica Digital
Santiago de Chile, 7 de agosto 2017
Crónica Digital