No vamos a derramar ni una lágrima por Agustín Edwards Eastman, fallecido este lunes 24 de abril de 2017.
No la merece y sería una ofensa a la memoria de las miles de víctimas de su labor conspirativa contra el gobierno democrático y legitimo del presidente Salvador Allende y la Unidad Popular, caídos bajo la bota de los asesinos de la dictadura de Augusto Pinochet, el instrumento de su venganza contra el pueblo, al que aunque despreciaba, le rindió pleitesía por hacer el trabajo sucio que el presidente Nixon y el imperialismo le había encargado.
La labor de Agustín Edwards Eastman, al mando de la empresa El Mercurio, constituye una de las etapas más abyectas del periodismo chileno, no solo ni tanto por representar los intereses políticos y de clase de la derecha empresarial chilena, sino por confabularse con una potencia extranjera, Estados Unidos, y sus poderes económicos, políticos y militares, para violentar la democracia en Chile y derrocar a un gobierno legítimo.
Edwards y El Mercurio fueron además cómplices de la noche de terror, sangre y dolor que sumergió al país, tras el 11 de septiembre de 1973, y muchos de sus periodistas fueron forzados a convertirse en encubridores, de los montajes con que los esbirros intentaron camuflar sus horrores.
La publicación de los bandos militares y partes de guerra de los golpistas, la argumentación de la guerra sucia y de la manipulación psicológica, que buscaban ocultar, disfrazar el exterminio , manipular la realidad para justificar la barbarie , configuran el delito de crímenes contra la humanidad que nos impiden lamentarnos del deceso de uno de los máximos culpables del genocidio.
Agustín Edwards es tan culpable como Pinochet, Manuel Contreras , Onofre Jarpa, Cubillos, y otros criminales, en el drama vivido por Chile con el Golpe de Estado de 1973 y refleja la gran “Santa Alianza” de la clase empresarial y la derecha chilena, en contubernio con sus mentores internacionales (incluida la CIA, la ITT, el Pentágono, la inteligencia militar de Estados Unidos.
La periodista y escritora, Nancy Guzmán J. apuntó en su libro “Los Agustines. El Clan Edwards y la Conspiración Permanente ”( Editorial Ceibo) : “Sin el trabajo de El Mercurio y La Tercera para sembrar el odio, inducir a la intolerancia, mentir para justificar hechos, aceptar las ejecuciones sumarias existiendo Tribunales de Justicia, generar temores infundados para justificar la existencia de organismos criminales como la DINA e injuriar personas que no podían defenderse , los servicios de inteligencia de la dictadura no hubiesen podido desatar la acción criminal con absoluta impunidad . Fue la prensa de la época la que creó la tolerancia generalizada a los crímenes masivos y luego festinó con ellos”.
Nancy Guzmán, reproduce un editorial de El Mercurio que señalaba el 5 de octubre de 1973 , “Los allanamientos militares y operativos policiales no se están efectuando sin motivo. Muy por el contrario los continuos hallazgos de arsenales y demás elementos destinados a una larga lucha de guerrilla o a la formación de un verdadero ejército irregular, demuestra que para todos los fines jurídicos y de seguridad pública, el país se encuentra en estado de guerra”.
El editorial mercurial, que busca sensibilizar y manipular a la opinión pública de la época, agrega que “ a la necesaria vigilancia que impone la acción de enemigos internos controlados y diezmados pero no del todo pacificados, hay que añadir la presión de la opinión pública extranjera para apreciar en sus términos justos la situación chilena”.
Lo fundamental, sigue argumentando “El Mercurio”- o sea Edwards- “es que se aprecie que Chile está librando una dura batalla para subsistir y reconstruirse, luchando contra el enemigo interno cuya acción invisible es todavía más poderosa de la que se exterioriza. Hay obligación patriótica de no sumarse al enemigo”.
Ya se sabe lo que para Edwards, ”El Mercurio”, Pinochet, los torturadores y asesinos de la DINA, era “el enemigo”.
Y existe un testimonio horrendo de cómo las portadas y páginas de la prensa mercurial, apuntaba en contra de ese enemigo: El 18 de julio de 1975, “Las Ultimas Noticias” tituló “Feroz Purga entre marxistas chilenos”, afirmando además que “mu chos individuos que figuran como desaparecidos son elementos que salieron clandestinamente del país”. El 23 de julio “El Mercurio” sigue la farsa titulando : “ Identificados 60 miristas Asesinados”, agregando en la bajada de título “Ejecutados por sus propios camaradas”, asegurando en la información, atribuida a un semanario creado para solo este efecto ( LEA), que se trataba de “miristas chilenos que habrían sido eliminados en los últimos tres meses por sus propios compañeros de lucha” ( en una) “culminación de un largo proceso de divergencias, mutuas recriminaciones y disputas por dinero”.
El día 24 de julio, otro de los diarios de la Cadena El Mercurio”, el vestpertino “La ,Segunda”, pone el broche de oro de la ignominia de Agustín Edwards, titulando “Exterminados como ratas”.
Se trataba en realidad del montaje conocido como “Operación Colombo”, en que asesinos de la DINA de Pinochet , junto a facinerosos de Argentina, Uruguay y Brasil asesinaron a combatientes antidictatoriales: miristas, comunistas, socialistas y una militante de la Democracia Cristiana., bajo el comando del sicario mayor de Pinochet, Manuel Contreras.
El Mercurio, y Agustín Edwards Eastman se prestaron alegremente para dar la cobertura periodística al crimen masivo.
Conocido también es el caso de la dirigente comunista Marta Ugarte, a la que se intentó hacer desaparecer, cuando fue lanzada al mar desde un helicóptero PUMA del Comando Aéreo del Ejército, amarrada a un riel, para evitar que su cuerpo pudiera ser encontrado y encubrir así su trágica muerte.
Cuando el cuerpo fue encontrado en la playa La Ballena, de Los Molles, el 12 de septiembre de 1976, horrendamente torturada, El Mercurio le encargo a una de sus reporteras, Beatríz Undurraga, tratar el tema como un “crimen pasional” hablándose de ”una bella joven” que habría sido asesinada por un “maniático Sexual”.La versión fue repetida por el periodista Máximo Honorato, que posó para una foto junto al cadáver de Marta Ugarte y en Las Ultimas Noticias del 14 de septiembre de 1978 donde aseguraba que en La ballena, “se encontró el cuerpo de una “hermosa muchacha de 23 años, estrangulada por un alambre y un pañuelo, y que presentaba fracturas en ambas muñecas y la mandíbula, además de heridas punzantes”, recalcando que el lugar es un sector donde esos crímenes eran “habituales”.
Honorato se defendió asegurando que no fue cómplice de la dictadura “como algunos dicen”, sino que “me tocó ejercer en un periodo complicado y yo no podía hacer más de lo que me pedían”.
Y el que pedía, sin duda era Edwards, a quien no le importaba manchar de sangre a sus periodistas.
Con razón, aunque con tardanza, el Colegio de Periodistas de Chile, en un acto de dignidad y limpieza, lo expulsó y borró de su registro en mayo de 2015, siendo la única enticdad que adopó una medida condenatoria en su contra
En su declaración de este lunes 24 de abril, con motivo de su muerte, el Colegio de Periodistas subrayó que “quedará en los registros de la historia de Chile el oscuro legado que Agustín Edwards dejó, tanto por sus acciones personales como por su manejo de las empresas periodísticas que controló , las que fueron el soporte comunicacional de la conspiración contra el sistema democrático y al servicio del golpe militar”.
Por lo tanto no hay nada que lamentar en el fallecimiento de de Agustín Edwards Eastman, salvo que no hubiese sido llevado a la Justicia y castigado en consecuencia, como conspirador, instigador, organizador y beneficiario del Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, servidor de Richard Nixon , Henry Kissinger y de la CIA, propagandista de la dictadura de Augusto Pinochet y cómplice de sus crímenes y aberraciones.
En cuanto a Crónica Digital, nos alegra de haberlo derrotado ante la justicia este año en sus pretensiones de negarnos el derecho a existir como medio de comunicación social, alegando un pretendido monopolio del concepto que contiene nuestra marca.Con ello, demostramos que si se puede enfrentar a Goliat y vencerlo con todo a su favor.
Por Marcel Garcés Muñoz
Periodista
Director de Crónica Digital
Santiago de Chile, 24 de abril 2017
Crónica Digital