Las investigaciones del profesor Oded Aharonson -del Instituto Weizmann- señalan que las teorías aceptadas sobre la formación de la Luna dependen de las condiciones iniciales muy específicas, como es el caso de una colisión con un objeto de un determinado tamaño a una velocidad definida, que golpearía la Tierra en un ángulo específico.
Así, los científicos defienden que varios análisis químicos de ese satélite natural, en base a muestras tomadas por astronautas, revelan que es prácticamente idéntica a la Tierra.
Según Aharonson, cuerpos más pequeños habrían sido más frecuentes en el sistema solar y, por lo tanto, las colisiones con los objetos de menor tamaño habrían sido más probables.
Sin embargo, creen que pequeños choques a alta velocidad también podrían haber extraído más material de la Tierra que un solo impacto grande.
Washington, 10 enero 2017
Crónica Digital / PL