Tras la crisis económica iniciada en 2008, la desigualdad de ingresos aumentó y persiste actualmente forma significativa en numerosos países de la OCDE, alertó hoy esa entidad en un informe.
En el año 2014, el coeficiente Gini que mide la desigualdad se situó en 0,318 como media en las naciones que integran la organización, el nivel más alto registrado desde la década de 1980.
Los países con mayor desigualdad en los ingresos son Chile (0,465), México (0,459) y Estados Unidos (0,394), mientras los de más equilibrio son Islandia (0,244), Noruega (0,252) y Dinamarca (0,254).
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), a raíz de la crisis los ingresos retrocedieron un promedio de 2,1 por ciento, con un impacto notable de -5,3 en el sector más pobre de la población.
Desde la recuperación iniciada en el 2010, la franja más favorecida se recuperó en un 2,3 por ciento, mientras los más pobres en solo un 1,3; por lo cual la brecha se acrecentó notablemente tras la crisis.
Por otro lado, la OCDE señaló que pese a cierta recuperación en los niveles de empleo, el paro sigue siendo alto y los salarios apenas progresaron en los últimos años, factores que golpean principalmente a los sectores desfavorecidos.
Agregó que con la crisis también se deterioró la calidad del empleo, una situación en la que apenas se consiguen mejoras.
París, 24 de noviembre 2016
Crónica Digital / PL