Sin la presencia de los grandes clubes sudamericanos, como son argentinos y brasileños, la Libertadores de América tiene ahora a dos equipos más chicos de finalistas, pero que lucharon a muerte: Atlético Nacional e Independiente del Valle.
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El segundo finalista de este tradicional torneo de fútbol surgió la víspera de otro encuentro en el que David volvió a vencer a Goliat, con la victoria de los ecuatorianos por tres a dos ante el superfavorito porteño Boca Junios 3-2, en su propio cuartel general de la Bombonera.
Final netamente andina, que ya tiene fechas para sus partidos de ida y vuelta. El encuentro de ida se jugará el 20 de julio en Quito y el de vuelta decisivo el día 27 en el estadio Atanasio Girardot de Medellín, la capital antioqueña.
Desde ya puede garantizarse lleno completo para esta finalísima de la Copa de América entre ecuatorianos y colombianos, en par de plazas con fanaticadas que se entregan y los hinchas siguen a sus parciales hasta el último minuto sin perder la fe.
Será la primera final copera de la Libertadores entre clubes de uno y otro país vecino y la primera incursión del representativo ecuatoriano del Valle en este nivel del certamen, siguiendo los pasos del elenco Liga de Quito (2008) y las dos finales perdidas de Barcelona de Guayaquil (1990 y 1998).
Mientras, los verdolagas cumplieron en esta campaña de la Libertadores con una faenatriunfadora de principio a fin, con algunos tropiezos ante Huracán de Argentina a mediados de la clasificatoria.
A última hora le salió de la nada un héroe del que no tanto se esperaba de él: el goleador Miguel Ángel Borja, quien le propinó par de dosis de dupletas a Sao Paulo aquí y allá, con las cuales sacó al balompie paulista de la más importante Copa del Hemisferio Occidental.
Los pupilos del técnico Reynaldo Rueda jugarán esta vez su tercera final de Copa. Tras clasificaciones seguidas desde el 2012, hace ahora 20 años ganaron una, en 1989, contra Olimpia, de Paraguay, y perdieron la otra, en 1995 contra Gremio, de Brasil.
Mientras tanto, los rayados dirigidos por Pablo Repetto llegan a esta final con la aureola de dejar atrás al Boca, uno de los grandes de América, no obstante el panorama pinta que será la discusión de un trofeo peleado de punta a punta, durante 180 minutos, por dos cuadros de no tanto linaje, pero que han crecido mucho.
Por Félix Albisu
Bogotá, 15 julio 2016
Crónica Digital / PL