En 1980, en plena dictadura, en la localidad de Purén -al sur del país en la Región de La Araucanía-, nació Diego Ancalao Gavilán, un niño de origen Mapuche que ha debido, como tantos otros de su mismo origen, lidiar con la condición indígena que, para muchos, es concebido como una suerte de estigma, como el peso de una mochila que se carga sobre los hombros.
La madre de Ancalao fue “nana”, eufemismo que se utiliza para reemplazar el término de empleada doméstica, mientras que su padre era campesino. Cada dinero ahorrado, se utilizó para que este joven cursara la enseñanza básica, la educación secundaria y, más tarde, la universidad. Hoy, Diego Ancalao, se ha convertido en un activo dirigente político, vicepresidente nacional de la Izquierda Ciudadana, transformándose en el primer Mapuche que desempeña un cargo jerárquico dentro de un partido político. Incluso, el ex Intendente de La Araucanía, Francisco Huenchumilla ha asegurado: “Veo a Diego Ancalao como un líder político. Es un muchacho con un tremendo potencial, cuenta con una buena formación y tiene que aprovechar las oportunidades políticas que se le abren. El ser dirigente en un partido es un logro y va a depender mucho de él mismo, seguir siendo dirigente y, para ello, se requieren muchas condiciones como, por ejemplo, la voluntad, el sacrificio y el trabajar”.
Ancalao, dedica su tiempo, entre su trabajo formal, a desempeñarse como columnista en varios medios de comunicación nacionales y, al mismo tiempo, es autor del libro “Mapuche: hijo de dos naciones”, obra que a mediados de junio de 2016 lanzará en su segunda edición el 17 de junio a las 17:00 horas en el ex Congreso Nacional. Se trata de un libro, que recoge 31 artículos redactados por el autor y en el que aborda temas como el desafío pendiente del Estado chileno sobre el Pueblo-Nación Mapuche, la paz en la Araucanía, la industria forestal, la autonomía; la corrupción; la esperanza de los jóvenes; la política energética; la recuperación de tierras ancestrales; la valoración de una cultura étnica que se ajusta a sus propios principios y formas de vida, y la necesidad de que a la comunidad Mapuche se le reconozcan sus derechos y garantías.
En agosto de 2015, se lanzó la primera edición de “Mapuche: hijo de dos naciones” y el actual Ministro del Interior, Jorge Burgos, en el marco de la presentación entregó algunas palabras que vale la pena recordar: “Más allá de los temas de fondo sobre los que trata el libro, hay dos elementos que no quiero dejar pasar y que explican, en buena medida, el por qué del texto: primero, la historia de vida de Diego Ancalao, el autor de los relatos, la historia de un joven nacido en los años ‘80 en Purén. Recuerdo que, en ese tiempo, yo estaba cursando derecho en la Universidad de Chile y nos uníamos, quizás tímidamente aún, a la lucha por recuperar la libertad y la democracia, pero en esos mismos años, Diego comenzaba a dar sus primeros pasos en la Provincia de Malleco, de la mano de padres campesinos, de mucho esfuerzo y en un ambiente de pobreza”.
El Secretario de Estado agregó: “Haciendo frente a las dificultades y a la discriminación y a quienes le decían que no había ninguna posibilidad, supo sobreponerse y seguir adelante para alcanzar las metas que se había propuesto y, claro, entre esas metas estaba la de visibilizar y reivindicar la historia del pueblo Mapuche”.
El Ministro Jorge Burgos, asimismo, sostuvo: “No me queda más que saludar y reconocer a aquellos jóvenes (como es el caso de Ancalao) que han preferido no quedarse en el malestar, la queja o la apatía, sino dedicar sus esfuerzos, energía y talento a re-prestigiar esta actividad”.
Sobre este último punto, cabe señalar que Diego Ancalao valora el rol de la política y de los políticos, asegurando que “para avanzar hacia un desarrollo de verdad es necesaria la participación política de todos los actores sociales… Los ciudadanos, especialmente, los jóvenes deben prepararse, atreverse y trabajar en la construcción de una propuesta de cara al futuro”.
En el libro “Mapuche: hijo de dos naciones” también se puede leer parte del discurso que su autor pronunció en el primer Congreso Nacional de la Izquierda Ciudadana, partido en el que milita y del cual es su Vicepresidente. A modo de ejemplo, recordemos que en su intervención, el dirigente Mapuche dijo: “Ciento treinta años después, en el mismo lugar donde un día se acordó exterminar al pueblo mapuche, llega un Mapuche a decirle a la clase política de Chile que fracasaron en su intento, porque el pueblo Mapuche aún vive. Hoy, 130 años después, venimos aquí a decirles a toda la aristocracia, burguesía y a todos los descendientes de Mackenna que el pueblo Mapuche no se rinde y que está más vivo que nunca. Hoy, 130 años después, venimos a decirles a todos los padres de la discriminación que el pueblo Mapuche jamás se rinde y que está aquí, ¡hoy, es Ancalao, pero mañana será otro!., añadiendo en forma categórica: “ha sido muy difícil llegar aquí. Hubo un tiempo en que pensé que no podía aguantar mucho más, pero sé que todavía soy capaz. Capaz de seguir adelante. Hubo un tiempo en que sentí que estaba a un lado solo y perdido…”.
Para Diego Ancalao el desafío actual de la clase política es uno puntual, dice: “ser capaces de instaurar una nueva forma de liderazgos, de ser una sociedad solidaria que otorgue igualdad de oportunidades a todos”.
Santiago de Chile, 4 de junio 2016
Crónica Digital