Rusia y la comunidad de naciones latinoamericanas y caribeñas avanzaron durante 2015 en el afianzamiento de nexos políticos, cooperación económico-comercial y en una gama de proyectos conjuntos.
Pese a la complicada coyuntura internacional y las limitaciones originadas por el doble régimen de sanciones por Estados Unidos y la Unión Europea, fueron notables los resultados en la interacción de Moscú con la región.
La crisis que afronta el país desde 2014 y la tirantez con Occidente por la imposición de sanciones sectoriales, entre otros aspectos, aceleraron ese proceso de acercamiento y fortalecimiento de los lazos multilaterales con el área.
Se impulsaron proyectos e inversiones en sectores como el complejo agroindustrial, aviación, energético (hidrocarburos, electricidad y nuclear), minería, transporte y cooperación técnico-militar, unido a los intercambios humanitarios, visado, educación, turismo, salud, ciencia, medio ambiente y cosmos.
Rusia fortaleció los mecanismos de diálogo político con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), la agrupación más representativa, y con otras estructuras regionales como el Sistema de Integración Centroamericana (SICA), la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y el Mercado Común del Sur (Mercosur).
Se plasmó en muchos ámbitos y con un universo más amplio de países el carácter estratégico de las relaciones con Latinoamérica, reflejado en la Concepción de la política exterior, en su versión renovada en 2013 por el presidente Vladimir Putin.
Desde entonces, las partes construyeron, en la mayoría de los casos, una asociación madura y duradera, en la que sobresale la conjunción de una interacción política fluida y una dinámica cooperación económico-comercial vertiginosa.
Si intentamos definir con una palabra lo que sucede actualmente en nuestras relaciones con América Latina, “esa palabra sería la diversificación”, resumió en una de sus intervenciones el vicecanciller Serguei Ryabkov.
El año que recién concluye estuvo marcado por acontecimientos importantes para los nexos ruso-latinoamericanos como las visitas de jefes de Estado (Argentina, Cuba y Venezuela), encuentros de alto nivel en escenarios internacionales entre el presidente Vladimir Putin y homólogos de la Celac.
Descuellan, a modo de ejemplo, las pláticas sostenidas con los mandatarios de Argentina, Cristina Fernández; Bolivia, Evo Morales; Cuba, Raúl Castro; Ecuador, Rafael Correa; Perú, Ollanta Humala, y Venezuela, Nicolás Maduro.
En marzo, el canciller Serguei Lavrov efectuó una gira latinoamericana que incluyó a Cuba, Colombia, Guatemala y a Nicaragua. En esa ocasión, participó en la cumbre del SICA, en la que Lavrov presentó la solicitud oficial para el estatus de Rusia como observador extrarregional de esa entidad integracionista centroamericana.
Asimismo, Moscú dio continuidad al proceso de interacción con la Celac, que derivó en la rúbrica de un acuerdo para el establecimiento de un mecanismo de diálogo permanente entre las partes.
El documento fue suscrito por los cancilleres de Rusia y de la troika en funciones, presidida este año por Ecuador, en el contexto de la sesión 70 de la Asamblea General, en Nueva York, en septiembre.
En cuanto a los lazos interparlamentarios, el periplo realizado durante el período por la presidenta del Senado, Valentina Matvienko, por Argentina, Brasil, Cuba, Ecuador y Nicaragua fortaleció las relaciones de amistad y colaboración.
A inicios de año, tras la visita a Moscú del presidente Nicolás Maduro, y su reunión con Putin, fue concertada con Venezuela una ampliación de las inversiones de la estatal Gazprom en campos petroleros de la Faja Petrolífera del Orinoco.
El volumen de intercambio bilateral asciende a más de 14 mil millones de dólares en el campo energético, la construcción de viviendas, proyectos agrícolas y en planes educativos.
La sesión XI de la comisión intergubernamental celebrada en mayo promovió numerosos acuerdos y proyectos.
Igualmente las relaciones entre Rusia y Argentina adquirieron la dimensión de asociación estratégica durante la visita de la presidenta Cristina Fernández, y como colofón se suscribieron 11 convenios para reforzar la cooperación de mutuo beneficio en un abanico de esferas.
Otro notable salto cualitativo y cuantitativo se alcanzó en los nexos con Cuba, como resultado de las sesiones de trabajo encabezadas por los copresidentes de la comisión intergubernamental, celebrada en octubre, en Moscú.
Seis convenios sellados en las áreas enérgica, financiera, metalúrgica y farmacéutica refrendaron la voluntad y la disposición de los dos países de afianzar los lazos en todos los ámbitos de la cooperación.
El comercio se intensificó notablemente con Argentina, Brasil, Ecuador, México, Colombia y Chile; además con una ascendente presencia de otros socios como Uruguay, Paraguay y Perú.
Los presidentes Vladimir Putin y Ollanta Humala suscribieron en noviembre, en París, una declaración conjunta de cooperación estratégica que abre nuevos horizontes a proyectos conjuntos. El intercambio comercial aumentó en 2014 en un 9,4 por ciento.
Con Bolivia, Moscú renovó este año el interés de avanzar en sectores promisorios como la energía eléctrica, ingeniería y altas tecnologías y la colaboración técnico-militar.
Esos temas centraron las pláticas de Putin con su par boliviano, Evo Morales, en el contexto de la cumbre del Gas, efectuada en noviembre en Teherán.
Rusia celebró este año grandes jubileos por el establecimiento de relaciones diplomáticas con varios países latinoamericanos: con Argentina, 130; México, 125, y Colombia, 80.
Solo con México, el comercio bilateral se cuadruplicó y hoy la norteña nación ocupa el segundo puesto entre los socios comerciales de la región, con un peso de productos de alto valor agregado.
La presencia latinoamericana podría crecer en la interacción con la Unión Económica Euroasiática (Armenia, Belarús, Kazajstán, Kirguistán y Rusia), en cuya dirección se encaminan algunos países y agrupaciones de integración.
Por Odalys Buscarón Ochoa **Corresponsal Jefa de Prensa Latina en Rusia.
Moscú, 31 de diciembre 2015
Crónica Digital/PL