Luego de jornadas de homenaje y recordación de las víctimas del golpe de Estado de 1973, los chilenos se asoman hoy a los festejos nacionales, que obligan al Gobierno a adoptar medidas especiales.
Chile se apresta a celebrar las Fiestas Patrias, un esperado acontecimiento anual que marca dos días de jolgorio (18 y 19), aunque las celebraciones comienzan de hecho en la tarde del miércoles, cuando mercados y comercios cerrarán hasta el domingo.
El tema de la delincuencia preocupa a la ciudadanía, en particular por las modalidades del “portonazo” para el robo de autos con violencia, y explosionar cajeros automáticos de entidades bancarias.
El largo feriado que llega al país sudamericano hizo que aumentara el dispositivo de la policía de Carabineros en las calles de las principales urbes con acento en Santiago, escenario favorito de actos delincuenciales.
Se espera que más de 350 mil persones viajen por carretera en estos días, por lo que más de tres mil uniformados fueron enviados a vigilar las autopistas de la estrecha y larga nación transandina.
Chile celebra desde 1811 la formación como un Estado Nación independiente de la Corona Española. Las Fiestas Patrias contemplan una misa solemne en la Catedral de Santiago, comidas y bailes en el Parque O´Higgins de esta capital.
La ceremonia católica de acción de gracias (el Te Deum chileno), tiene el componente especial este año que lo oficia el cardenal Ezati, cuestionado por su actitud en torno a casos de abusos sexuales cometidos por el cura Karadima hace años.
Asimismo, una Opera de Gala y un desfile militar que como en todas las actividades anteriores, estará encabezado por la presidenta de la República, Michelle Bachelet.
La danza nacional, la cueca, rodeos, torneos de rayuela o tejo, palo ensebado, la típica empanada, el mote con huesillos, alfajor, pisco, chicha, ponche y piscola, además de los asados de carne, son indispensables en estas fechas.
Por Fausto Triana
Santiago de Chile, 14 de septiembre 2015
Crónica Digital / PL