La lluvia complicó aún más la ya delicada situación alrededor del volcán Calbuco, en el sur de Chile, donde la víspera emitió un nuevo pulso eruptivo de menor intensidad, pero con el arrastre de cenizas.
El ministro del Interior y Seguridad Pública, Rodrigo Peñailillo, llegó hoy a la localidad de Cochamó, ubicada al sur del volcán Calbuco, para evaluar los efectos de la pluma de cenizas que cayó tras la tercera erupción.
Estamos en Cochamó porque ha sido afectado de forma importante ayer con caída de cenizas, durante toda la tarde. Eso va a impactar la ganadería, la agricultura y el agua potable, comentó Peñailillo.
Los expertos temen el aumento de las lluvias que caen en la zona del Calbuco, ante la posibilidad de que provoquen aluviones secundarios (lahares) que arrastran ceniza y arena emanada del volcán.
El Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) advirtió que el volcán puede extender por varios meses su actividad y pasar de la fase explosiva, que comenzó el 22 de abril, a la efusiva (de lavas moderadas).
Se mantiene la zona de exclusión en 20 kilómetros en torno al cráter del coloso, informó la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior.
El volcán, de dos mil 15 metros de altitud, entró el jueves en erupción por tercera vez desde la semana pasada y lanzó una columna de humo y cenizas de tres kilómetros de altura que se desplazó hacia el sureste.
Unas seis mil 500 personas fueron evacuadas, mientras el Comité de Operaciones de Emergencia confirmó una zona de exclusión de 20 kilómetros alrededor del cráter, con la alerta roja vigente ordenada por el Sernageomin.
Alrededor de 210 millones de metros cúbicos de ceniza volcánica provocó destrozos en viviendas y cubrió con espesas capas de polvillo y piedras a buena parte de la zona.
Santiago de Chile, 2 de mayo 2015
Crónica Digital / PL