Los electores israelíes comenzaron a votar en unos comicios legislativos adelantados cuyo rasgo distintivo es la fiera pugna entre el primer ministro Benjamín Netanyahu y sus opositores de la Unión Sionista (US).
Los primeros resultados de la consulta será difundidos a las 10:00 (07:00GMT), pero los datos definitivos no serán de conocimiento público hasta el próximo día 25, cuando sean entregados al presidente Reuven Rivlin, a quien toca decidir qué candidato tiene más opciones de integrar gabinete.
En el espectro político israelí a menudo son los pequeños partidos ultrarreligiosos los que tienen la facultad de inclinar la balanza a favor de una agrupación a cambio de concesiones de ministerios o demandas específicas.
Según el censo electoral, seis millones de personas están habilitadas para ejercer el sufragio en los 10 mil colegios establecidos en todo el país, los territorios palestinos ocupados y las embajadas en el exterior.
El promedio de participación en los últimos comicios es de 70 por ciento, pero en esta ocasión se espera una afluencia mayor debido a la estrecha diferencia que separa a los contendientes, apenas cuatro asientos, según los últimos sondeos oficiales.
Sin embargo, esa ventaja no asegura la victoria, pues para ejercer el poder es necesaria una mayoría clara en la Knéset (Parlamento unicameral) integrado por 120 asientos.
Netanyahu ha basado su campaña en el temor entre sectores israelíes a la aceptación de un Estado palestino independiente por sus contendientes, encabezados por los Laboristas de Yitzhak Herzog y el partido Hatnua, de la exministra Tzipora Livni.
Asimismo ha acusado a alegadas fuerzas internacionales a las cuales no identificó de “organizar una campaña mundial financiada con decenas de millones de dólares” para sacarlo de la jefatura del Gobierno.
A pesar de ese contexto, la cuestión principal radica ahora en cuáles entidades estarían dispuestas a aliarse con uno de los contendientes principales para formar una coalición que permita la integración de un gobierno viable.
El prestigio del primer ministro se ha erosionado por sus posturas extremas ante la cuestión palestina, las amenazas de desatar una guerra de destino incierto con Irán y roces con la actual administración de Estados Unidos, el principal aliado de Israel.
Tel Aviv, 17 marzo 2015
Crónica Digital / PL