Quiero agradecer a tantos por su cercanía en esta Iglesia que soñamos.Con sinceridad quiero decirles:
Es una mentira la supuesta acusación de nuestro arzobispo Ricardo a Roma contra Felipe, Pepe y yo, como dijo cierta prensa.
Cuando he tenido expresiones que no le parecen a don Ricardo, siempre me ha llamado, hemos dialogado. ¡Es la legítima y difícil libertad de opinión en la Iglesia!
Me da pena la línea de confrontación contra su persona y su imagen. Me siento en profunda comunión con él.
¡Nos cuesta tanto compartir la fe en la diversidad! Somos Iglesia que quiere ser fiel a “Jesús Buena Nueva para los pobres”, una Iglesia “pobre y al servicio de los pobres” (papa Francisco), donde los pobres se sientan en su casa.
Queremos ser discípulos de Jesús, el de “ay de ustedes los ricos…
ay de los que están satisfechos…
ay de los que ríen”…
los que mantienen una economía que mata y excluye a tantos de la alegría de vivir, la educación, la salud… que destruye la Creación.
Cuando nos juntamos a celebrar la Cena del Señor, oramos por una “Iglesia que sea recinto de verdad y de amor, de libertad, de justicia y de paz” (Plegaria Eucarística), sin autoritarismo, sin clericalismo, fraterna y transparente.
Santiago, 14 de octubre de 2014.