El jurista y politólogo italiano, Norberto Bobbio (1909-2004), uno de aquellos pocos que, desde la arena del pensamiento político, han sido testigos de años decisivos en la historia de su país, ha influenciado a un par de generaciones de estudiosos de la filosofía del derecho y es autor de varios ensayos y textos en los que distingue entre teoría del derecho, teoría de la ciencia jurídica y teoría de la justicia, al punto de inclinarse por acuñar el concepto de ‘justicia del derecho’. Su adscripción a una forma liberal de socialismo ha marcado buena parte de su obra, pese a reconocer él mismo cuánto ha modificado sus planteamientos, de acuerdo a la pérdida o aumento de prestigio de los modelos políticos que han moldeado el mundo. Parte de sus estudios han estado enfocados en la ética. Según Bobbio, para instaurar una discusión al respecto es necesario
acuerdos en cuanto a los preceptos generales que definan ‘moral’, al margen de las convenciones sobre sus bases o su justificación. No obstante, no discrimina entre ese término y ‘ética’, sino, más bien, utiliza ambos como sinónimos, por lo que debe adjetivarlos cuando intenta una distinción que para otros autores está zanjada por los matices de significado de esos dos conceptos, como se observa en el más clásico de sus textos, Ética y Política:“Cuando se habla de moral o de ética en relación con la política, se está haciendo referencia a la moral social y no a la individual, es decir, a la moral que tiene que ver con las acciones de un individuo cuando interfieren en las actividades de otros individuos”.
En el apartado Política y Técnica de su libro Entre Dos Repúblicas resiente la instrumentalización de ésta, así como la asepsia que se ha pretendido darle, señalando: “La técnica, la gran potencia del mundo, lisonjeada, mimada, y adulada por los detentadores del poder en los estados capitalistas, convertida en la aliada más peligrosa de todas las aventuras nacionalistas, ha puesto en venta la primogenitura de su poderío, de la que no tenía conciencia, a cambio del plato de lentejas de la seguridad del trabajo, de la fama ficticia de sus obras agigantada por la propaganda de sus protectores. Rebajada a un instrumento (…) ha aceptado de buena gana servir a los intereses y a los instintos de los bárbaros que regresaron, buscando en este carácter de instrumento y, por consiguiente, en su misma degradación, la absolución de sus culpas.
“Al proclamar hoy el carácter apolítico de la técnica se quiere, en sustancia, mantener a ésta en el estado de minoría de edad del que hasta la fecha no ha conseguido zafarse; se quiere que la técnica no se comprometa, sino que obedezca, que esté libre de servir, de acuerdo con los sucesos que se presenten, al viejo o al nuevo patrón. Ésta es la razón por la cual hoy en día no se puede permanecer indiferente frente a los repetidos intentos de muchos o pocos hombres de la técnica de echar a la política por la ventana y sustraerla de sus responsabilidades”.
Por Academia Libre
Santiago de Chile, 19 de septiembre 2014
Crónica Digital