Si por Brasil y Holanda fuera saldrían volando como Peter Pan al País de Nunca Jamás para esfumarse de la faz de la Tierra y evitar el duelo de hoy, por el tercer lugar de la Copa del Mundo de fútbol.
Los brasileños con más razón tras ser humillados 1-7 por Alemania en semifinales, hecho que representó el mayor desastre deportivo de todos los tiempos para el Gigante Suramericano.
Eso que pasó no se repetirá en los próximos 100 años, fue un trágico final para nosotros, relató Thiago Silva, el gran capitán del Scratch, ausente por acumulación de tarjetas amarillas en el tenebroso encuentro contra los alemanes.
El jugador del Paris Saint Germain, sin embargo, señaló que “estamos muy motivados para el choque, Holanda será un rival duro. Tenían las mismas condiciones que los alemanes para estar en la final. Además, hemos perdido contra ellos en el Mundial de 2010 y no me gustaría acabar así”.
Por mucho que el prestigioso zaguero central brasileño se empeñe en negarlo, este partido es un trámite incómodo para ambas selecciones, que llegan con la moral destrozada, la motivación desmembrada y, para colmo, deberán soportar los insultos y falsos aplausos de las torcidas.
Perdimos el sueño de ser número uno, pero podemos conseguir el de ser terceros, explicó por su parte Louis van Gaal, seleccionador de Holanda, enemigo confeso de esta final de consolación: “si hay que jugarla, hay que ganar, pero nunca debería ser jugada, lo vengo diciendo desde hace 15 años”.
Para muchos expertos Holanda fue la mejor selección del Mundial e incluso aún se mantiene invicta, toda vez que su eliminación a manos de Argentina en semifinales llegó desde los 11 pasos, la fatídica ruleta rusa de los penales, tras empatar sin goles en el tiempo reglamentario y las dos prórrogas.
Como siempre ocurre a lo largo de los años, la selección de los Países Bajos jugó mejor que nunca y perdió igual que siempre, una especie de tradición autóctona que se transmite inalterable de generación en generación.
Ahora el próximo objetivo de los tulipanes, según Van Gaal, “es ser el primer equipo de Holanda que regresa de un Mundial sin perder. No hemos perdido ningún partido y eso (la caída en semis) cuesta de asimilarlo, es muy duro”.
Brasil y Holanda se medirán hoy desde las 17:00 hora local en el estadio Mané Garrincha de Brasilia, en un duelo de etcéteras, de esos que nadie quiere jugar y, en realidad, nadie sabe porqué se juega.
Solo para las estadísticas, esta será la quinta ocasión que estas escuadras choquen en copas mundiales.
Holanda salió airosa en 1974 y 2010, mientras Brasil obtuvo el triunfo en 1994 y 1998, en esta última ocasión en la lotería de los penales.
Con la expectación al mínimo posible, los brasileños esperan una victoria del Scratch para, de alguna manera, retirarse de su Mundial con la frente en alto.
Por Yasiel Cancio Vilar, enviado especial
Río de Janeiro, 12 julio 2014
Crónica Digital / PL