El docente destacó que “éste es un hecho que nos invita a reflexionar en serio pero que, a la luz de las reacciones, nos entrega otra señal de alerta de que no andamos bien en la formación humana”.
Villagra recalca que esta situación nos enfrenta al fracaso de un modelo de país que “se expresa en contradicciones enormes. El establecimiento educacional, de connotado carácter cristiano, opta por apartar a la oveja negra del rebaño. Una solución rápida, muy simple y, sin embargo, nada de pedagógica”.
Para el dirigente, la educación sexual de los niños y jóvenes se debe relacionar con “el destrabe de prejuicios que nos aferran a normas morales equívocas y que no atienden la realidad de la sociedad”. Y más aún, esto involucra no sólo a los colegios sino al país, pues “se actúa con hipocresía y se entregan señales falsas a una juventud que requiere coherencia. Cecilia Bolocco, hace un tiempo atrás vivió una situación similar y nadie la expulsó de ningún lugar. Pero a una niña de 14 años, las penas del infierno” destacó.
Según Villagra, esto no es sólo responsabilidad de la educación formal, pero recalca que “no se puede obviar que la reforma curricular ha sido un fracaso. Un currículum por competencia que echó al suelo los objetivos transversales. A cambio se miden conocimientos en algunos subsectores para luego hacer el ranking de colegios, vía Simce”.
Asimismo, el académico destaca que Las JOCAS fueron un buen proyecto que ayudaron a abrir diálogos en la comunidad escolar, pero lamenta que el Gobierno se haya “doblegado ante la opinión de la iglesia católica”.
“Debemos hacernos cargo del tema y diseñar un programa de educación sexual en el que participen padres, apoderados, alumnos, medios de comunicación y organizaciones comunitarias, ya que no sólo los alumnos requieren una desprejuiciada educación sexual, más bien es el país entero el que requiere hacerse cargo del tema con coherencia”puntualizó Roberto Villagra.
Santiago de Chile, 3 de octubre 2007
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