La pregunta es si da lo mismo una u otro.
Puede que me equivoque, pero tengo la impresión que nadie de esta izquierda estaría dispuesto a votar por Piñera, que si bien es cierto aparece con un aura de la derecha liberal, como la que existió alguna vez en Chile, lo objetivo es que detrás de él, con una fuerza que sería determinante en su gobierno, está la derecha reaccionaria, contaminada con el tema de la violación a los derechos humanos y el golpe de estado.
Por esta sola percepción, un número indeterminado de electores de nuestra izquierda ya habían determinado votar por Bachelet, antes de que los conglomerados del Juntos Podemos Más asumiéramos las diferentes posturas frente a la segunda vuelta. Es el efecto del temor a que la derecha asuma la totalidad del poder que se concentra en el gobierno.
Se produce así una paradoja, ya sea que por temor alguien determine votar por Bachelet o ya sea que a manera de protesta legítima contra la concertación alguien determine votar nulo, de una u otra manera se esta favoreciendo a uno de los candidatos, ya que ante la estrechez de las cifras electorales, votar nulo o abstenerse, en los hechos significa, sin quererlo, favorecer a Piñera.
Ante esta situación, el Partido Comunista resolvió intervenir políticamente en la contienda electoral, como una fuerza que puede ser determinante en los resultados. Por ello los 5 puntos enviados en carta a Michelle Bachelet, que ella respondió antes de la fecha fijada como plazo. Cualquiera sea el envoltorio, se contraen compromisos de cumplimiento, con mayor o menor grado de certeza. Tenemos serias reservas en lo que se refiere al derecho a negociación de los trabajadores, pero más de alguna esperanza ciframos en que cumpla todo lo referido al cambio del sistema electoral binominal por uno proporcional y no excluyente, a lo que está claro, la derecha se opone tenazmente.
No es baladí lo que está ocurriendo en el Congreso con los envíos de proyectos de reforma constitucional que buscan este cambio, tampoco que la candidata se comprometa a enviar en marzo un nuevo proyecto de sistema electoral proporcional. Alguien dirá, por qué no lo hicieron antes, por qué lo hacen ahora que necesitan votos. El hecho es que así se conforman las correlaciones de fuerza que pueden producir cambios. Se ha creado una situación objetiva, un momento político nuevo, del cual nadie puede zafarse, el asunto es como operar de la mejor forma sobre este momento.
Sería un acto de dignidad nacional cambiar el sistema binominal por uno proporcional y no excluyente, derecho que le debe la concertación a los millones que protestaron bajo la dictadura exigiendo participación y democracia y sería la mejor forma de responder a aquellos que hasta hoy son excluidos y que al llamado del PC votarán por Michelle Bachelet.
No tengo la ingenuidad para pensar que todo será miel sobre hojuelas, porque se que lo principal es la fuerza que adquiera esta exigencia en el acontecer social y político de los próximos meses. Si se instalara una disposición irrenunciable para este cometido en la Moneda y una voluntad que no se anule ante la oposición retrógrada de la derecha, sería mucho mejor.
Nos plantean públicamente la duda de que M. Bachelet realmente cumpla con este compromiso. Pero me parece que tampoco pueden dejar de considerar la forma como se ha instalado este tema y como se han tenido que dar pasos concretos, lo que nos deja con un muy buen escenario instalado para que desde el mismo marzo se intensifique la movilización social y política tras este cometido.
Por: Guillermo Teillier. El autor es presdiente del Partido Comunista de Chile.
Santiago de Chile, 7 de enero 2006
Crónica Digital , 0, 70, 5