En la acción se pide también al STF la realización de un nuevo juicio político, no a partir del cuestionamiento de los méritos de la decisión de los senadores, sino tomando como premisa la presunta inconstitucionalidad del proceso.
Según explicó Cardozo, citado por la Agencia Brasil, uno de los cuestionamientos hechos pone en duda la adecuación de dos artículos de la Ley de Impeachment a la Constitución de 1988 y pide que sean declarados inconstitucionales.
El otro, se refiere a que el relator del caso en la Cámara alta, Antonio Anastasia, incluyó en la acusación contra Rousseff un decreto no mencionado en el informe aprobado en la Cámara de Diputados, lo cual supondría un cambio en una etapa del proceso en la que ya no es posible hacerlo, pues iría en perjuicio de la defensa.
Aquí no se trató de un simple cambio en la calificación jurídica de los hechos, sino que hubo una real modificación de los hechos, argumentó.
Por su parte, los principales promotores del proceso de impedimento de Dilma, los partidos de la Social Democracia Brasileña (PSDB), Demócratas (DEM), del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) y Popular Social (PPS) anunciaron que entrarían también con un recurso ante el Supremo Tribunal este viernes.
El líder del PSDB en el Senado, Cássio Cunha Lima, dijo que reclamarán la votación por separado de la casación del mandato de Dilma Rousseff, aprobada por 61 votos contra 20, y su inhabilitación del ejercicio de la función pública por un periodo de ocho años, que fue desestimada por el pleno de la Cámara alta.
En este último caso, 42 legisladores respaldaron el castigo, 36 votaron en contra y tres se abstuvieron, con lo cual fue imposible alcanzar la cifra de 54 votos requeridos para su aprobación.
Entre quienes votaron contra la inhabilitación de Dilma estuvieron varios peemedebistas, entre ellos los presidentes del Senado Renán Calheiros y de la Comisión Especial de Impeachment Ricardo Lira, lo cual provocó un manifiesto disgusto entre tucanos y demócratas, que acusaron al PMDB de hacer acuerdos a escondidas.
El propio mandatario de la nación, Michel Temer (PMDB), reconoció que la votación había causado un ‘pequeño embarazo’ y reclamó a los legisladores respaldo incondicional. ‘Si es gobierno, es gobierno’, dijo, olvidando que -al menos en teoría- debe existir independencia entre los poderes Ejecutivo y Legislativo.
Brasilia, 2 de septiembre 2016
Crònica Digital / PL