En este doloroso día, en Cactuscultural-UTE queremos recordar –como un ejercicio de cariño y de memoria- que nos encontrábamos a mitad de la década de los setenta, en un periodo sumamente difícil y oscuro, porque después de las jornadas de intensa actividad, algaradas y cantos vividos durante el Gobierno Popular, el Golpe Militar nos había arrojado a un mundo de tinieblas amorfas y paralizantes. Y en esos grises días, en los patios de la EAO y en los comedores de la entonces Universidad Técnica del Estado, flotaba un aroma amargo y despreciable, algo parecido al temor, que congelaba cualquier muestra de manifestación estudiantil: había miedo a los guardias de seguridad que pululaban por doquier, a los soplones que podían estar sentados en el interior de las mismas aulas, a los provocadores, a los rumores que circulaban, todos los días se conocía de nuevas detenciones, arrestos imprevistos y sin justificación alguna, gente que desaparecía, o que era torturada, incluso asesinada.
En esta atmosfera de terror y parálisis, de todos modos las ganas, el ímpetu por ponerse de pie y de alguna forma responder latía en el corazón de la inmensa mayoría de estudiantes. No había ninguna duda de que era necesario salir al paso de tanta maldad imbécil desatada. Entonces comenzó a cuajar la idea de responder desde la cultura, desde la poesía y el canto, con versos y música.
Entre los estudiantes universitarios de la Técnica muy pronto cobro cuerpo el convencimiento de generar una red cultural, un mecanismo capaz de convocar y poner en pie un acto cultural potente: que hablara por si solo: Y que en su esencia fuera un rechazo, una expresión de descontento y sobre todo una manera de decir aquí estamos. Y, estamos todos juntos, dispuestos a luchar. Muchísimos compañeros se sumaron de una u otra forma a esta tarea, y ahora sería innecesario nombrarlos a todos, pero si queremos destacar a uno, con una larga trayectoria en la Universidad desde sus tiempos en la EAO, que siempre estuvo presente y se la jugó en forma activa, lo que le valió una relegación al sureño pueblo de Chonchi, en la Isla de Chiloé: Nos referimos a nuestro querido amigo, hermano y compañero Alvar Herrera Z. que el día de ayer ha emprendido su último viaje.
En Cactuscultural-UTE consideramos que cuando un hombre valioso, que ha realizado un aporte tan necesario y fundamental, hace abandono del escenario hay que ponerse de pie y despedirlo con un aplauso.
Santiago de Chile, 14 de junio 2016
Crónica Digital