El examen ocular debe comenzar en la infancia y seguir durante la niñez y la adolescencia, revela hoy una declaración conjunta de asociaciones científicas estadounidenses.
Los controles oftalmológicos sostenidos con técnicas validadas son un mecanismo efectivo para detectar trastornos visuales que se pueden tratar, señala el documento publicado en la revista Pediatrics.
A los recién nacidos habría que evaluarlos con un examen y una prueba de reflejo al rojo para detectar las anormalidades oculares estructurales, como cataratas, opacidad de la córnea y la ptosis, añade.
Asimismo sugiere que la pesquisa con instrumentos debería hacerse entre los 12 meses y los tres años y en las consultas anuales de control hasta evaluar la agudeza visual.
El texto fue redactado por la Academia Estadounidense de Oftalmología, la Asociación Estadounidense de Oftalmología Pediátrica y Estrabismo, y la Asociación Estadounidense de Ortópticos Certificados.
Los especialistas aconsejaron que los niños con alguna anormalidad se remitan a un entendido en el tratamiento de la salud visual de los pacientes pediátricos.
Asimismo resaltaron que los exámenes visuales son cruciales para detectar las enfermedades que, a menudo, alteran la visión e indican la presencia de un mal sistémico grave.
A propósito de ello, explicaron que con una cuidadosa evaluación, es posible detectar anormalidades de la retina, cataratas, glaucoma, retinoblastoma, estrabismo y los trastornos neurológicos, incluidas la ambliopía.
Washington, 10 diciembre 2015
Crónica Digital / PL