La iniciativa del propio De La Maza contó con cuatro votos a favor y dos en contra (de los concejales Hugo Unda, del Partido Por la Democracia, y Felipe de Pujadas, del Demócrata Cristiano).
El homenaje -de difícil materialización en otras comunas de Santiago- se logró tras fracasar un intento de rebautizar la Calle Burgos, donde reside la Presidenta Michelle Bachelet, con el nombre de Pinochet.
El recién fallecido ex dictador, quien derrocó al Presidente Salvador Allende en 1973, vivió durante 17 años en La Condes.
Las autoridades locales buscan ahora a qué calle, avenida, parque o plaza cambiarle el nombre, lo cual sería objeto de otro debate.
La vigencia del “pinochetismo” también fue abordada la víspera por el Comandante en Jefe del Ejército, general Oscar Izurieta, quien analizó con su alto mando la situación creada al interior de las Fuerzas Armadas tras la muerte de Pinochet.
Trascendió que la reunión “reservada” abarcó las bajas abruptas del capitán Augusto Pinochet Molina, nieto del ex dictador, y del general Ricardo Hargreaves, jefe designado de la Guarnición de Santiago, por sus declaraciones a favor de Pinochet.
Ambos reivindicaron la figura de Pinochet y alabaron el cruento golpe de Estado de 1973.
El encuentro, descrito como extraordinario, duró más de una hora, informó el Departamento de Comunicaciones del Ejército, que no amplió la información.
Según algunos medios, las dos bajas generaron algunas tensiones entre generales del Ejército, que en su mayoría eran jóvenes oficiales en 1973, cuando se produjo el golpe militar.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Diputados, Antonio Leal, señaló que los dos oficiales “entraron directamente en la política” y recordó que la Constitución y la ley prohíben a los militares expresar opiniones políticas.
Santiago de Chile, 19 de diciembre 2006
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