Por Manuel Riesco L.
La nominación de la exministra del Trabajo, Jeannette Jara, como candidata del Partido Comunista a las primarias presidenciales de las fuerzas progresistas y de izquierda, confirma la línea política que este partido ha sostenido a lo largo de la última década.
En palabras de su actual presidente, Lautaro Carmona, esta prioriza alcanzar posiciones de poder, incluido participar en gobiernos, para impulsar medidas en beneficio del pueblo.
Ello representa un marcado giro en su carácter de partido revolucionario del pueblo trabajador, que el PC ejerció con brillo universalmente reconocido a lo largo de un siglo.
Es decir, constituirse cómo una fuerza política cuyo objetivo principal, al cual subordina todo su accionar, sea conducir las periódicas irrupciones masivas del pueblo trabajador en política, que en Chile se han sucedido a cada década en promedio a lo largo de un siglo.
Ello se suma a giros similares, de otros partidos de izquierda tradicional y también del que surgió de la agitación estudiantil de las dos décadas pasadas.
Así, por primera vez en un siglo, la periódica irrupción masiva del pueblo trabajador en política, desplegada nuevamente a partir del 18-O con fuerza redoblada, no ha contado esta vez con la conducción de una fuerza política de tales características.
La crisis política nacional en curso ha quedado de este modo huérfana de una fuerza política que canalice la inmensa energía de la irrupción popular que siempre las acompaña, para realizar las reformas necesarias y acabar con los abusos que la han originado en primer lugar.
Se corre el riesgo, en cambio, que la crisis eleve al poder a la hez de la sociedad respaldada por poderosos abusadores. Esos tipos son peligrosos y bien se sabe que conducen a los países a la hecatombe.
Sin embargo, no se ha dicho la última palabra al respecto, ni mucho menos. En medio del cuadro geopolítico internacional más turbulento y peligroso de las últimas décadas, la crisis política nacional sigue en pleno desarrollo.
La elección presidencial y parlamentaria en curso puede presentar muchos giros inesperados. Hay candidaturas partidarias y alianzas por definir. El pueblo no se queda atrás. juntando firmas para 294 candidaturas presidenciales independientes inscritas hasta hoy. Un verdadero record mundial.
La preocupación por la crisis política y la conciencia que la misma no se resuelve con más de lo mismo, es bastante general en todo el experimentado espectro político chileno. En el propio Partido Comunista, un amplio sector se pronunció por la candidatura del exalcalde de Recoleta, hoy en prisión preventiva, que proponía revertir el giro político del partido arriba referido.
Sin duda muchas cosas pueden pasar y no pocas van a suceder. No hay crisis política nacional que no se resuelva ni países que las aguanten, por mucho tiempo. Una autoridad política legítima es condición esencial para que la vida social funcione como debe ser, en progreso y en paz.
Resolver la crisis es la tarea política del momento. Nada hay más importante que eso.
Santiago de Chile, 7 de abril 2025
Crónica Digital