Derechos y neoliberalismo: ¿responde el mercado a la necesidad de acceso a la vivienda?

En el contexto mundial, marcado por una triple crisis (climática, de biodiversidad y de contaminación), emerge una crisis que afecta de forma tangible el bienestar de las personas y el desarrollo colectivo de las sociedades. Se trata de la “crisis de la vivienda”, la cual se ha convertido en un problema estructural que pone en evidencia las desigualdades generadas por un modelo económico que ha demostrado limitaciones para garantizar derechos esenciales. En el caso de Chile, este modelo restringe la capacidad del Estado para promover el bien común y garantizar igualdad de oportunidades (Artículo 1° de la Constitución Política).

Chile está siendo testigo de esta crisis, que ha evolucionado más allá de la necesidad de solución habitacional para familias vulnerables, convirtiéndose en un problema estructural para transitar al desarrollo. Según la última Encuesta Casen, presentada a finales de 2023, el déficit habitacional del país es de más de medio millón de viviendas, afectando a cerca de 2,2 millones de personas, lo que representa el 7,9% del total de hogares. Este problema, sin embargo, no es exclusivo de Chile. En Brasil, el déficit de vivienda alcanzó aproximadamente 7,78 millones de unidades en 2020. En México, la Comisión Nacional de Vivienda (CONAVI) estimó un déficit de 9,2 millones de viviendas en 2021, mientras que en Perú se calculan aproximadamente 3 millones de unidades habitacionales. Este fenómeno se repite en toda la región, evidenciando la necesidad de repensar el rol del Estado en garantizar el acceso a la vivienda como un “derecho básico” que el mercado por sí solo no ha podido resolver.

La falta de acceso a vivienda impacta especialmente a los jóvenes. Un estudio de la Fundación Techo señala que el 57% de los jóvenes entre 18 y 29 años aún vive con sus padres. En Santiago, menos del 40% de las viviendas en arriendo son asequibles para el 50% de las personas ocupadas, cuyo ingreso es igual o inferior a $582.559. Además, el 60% de los jóvenes entre 25 y 34 años no puede obtener un crédito hipotecario. Esta situación, sumada a los efectos de la crisis económica post–pandemia, ha dejado a más de 1,8 millones de jóvenes sin empleo, profundizando la brecha en el acceso a una vivienda digna.

La política habitacional de las últimas décadas ha apostado en gran medida por el mercado como el principal actor en la solución del problema, sin considerar que no siempre responde a las necesidades sociales ni a las transformaciones estructurales del país. Este enfoque ha resultado en el agravamiento de la crisis, reflejado en el aumento de los campamentos, que han alcanzado cifras históricas.

Ante esta situación, es urgente implementar medidas concretas, como la regulación del valor del suelo urbano, la limitación de la especulación inmobiliaria y una mayor efectividad de los planes reguladores. Asimismo, es fundamental fortalecer la inversión en viviendas sociales y promover nuevos modelos, como por ejemplo, las cooperativas habitacionales.

En este sentido, el programa de gobierno del Diputado Jaime Mulet ha presentado iniciativas que buscan abordar el problema de la vivienda con una visión integral, considerando las múltiples crisis asociadas a la globalización y el rol del Estado en garantizar este derecho fundamental. Es de esperar que otros programas de gobierno también incorporen propuestas concretas para fortalecer la regulación del mercado inmobiliario, promoviendo una mayor participación estatal en la planificación urbana y la generación de soluciones habitacionales accesibles para la población.

La crisis de vivienda que hoy afecta a los jóvenes repercute en toda la sociedad y en la economía en su conjunto. Invertir en soluciones habitacionales es invertir en el futuro del país. La vivienda es el inicio de todo. Un hogar digno es la base de una vida segura y con bienestar. Tener un techo propio es el primer paso para un Chile más justo y equitativo.

Por Patricio Medina Johnson. El autor es Economista USACH y Coordinador Programático de la Juventud Regionalista Verde.

Santiago, 26 de marzo de 2025.

Crónica Digital.

 

 

 

Next Post

Una experiencia de participación ciudadana: cuenta pública de primer año del COSOC de Pudahuel

Mié Mar 26 , 2025
El Concejo Comunal de Organizaciones de la Sociedad Civil de Pudahuel (COSOC) […]

Las opiniones vertidas en este medio de comunicación no necesariamente representan el sentir de Crónica Digital y son de responsabilidad de quienes las emiten.

Crónica Digital, es un medio de comunicación social, republicano y comunitario. Fue fundado el 19 de abril del año 2005. Su objetivo periodístico es informar sobre los principales noticias de Chile, América Latina y el mundo.

El director de Crónica Digital es el periodista Marcel Garcés Muñoz.

Su representante legal y editor general es el periodista Iván Antonio Gutiérrez Lozano.

El editor nacional es el periodista Ramón Vargas Vega.

El editor cultura es el periodista Miguel Alvarado.

Corresponsal en el litoral Central V región, Chile. Marcelo Araya Orellana.

Corresponsal en La Habana, Cuba, Florencia Lagos N.

El asesor legal es el académico y abogado Sr. Pablo Méndez Soto.

Los principales asociados informativos de Crónica Digital son la Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina , la agencia de noticias China, Xinhua y TV Brics.

En Chile, el medio electrónico El Maipo

Correo: cronicadigital@gmail.com
Dirección: Maturana 302 local 2
Santiago de Chile.

Desde el año 2005 Crónica Digital es parte de la Asamblea Nacional por los Derechos Humanos.

Crónica Digital es una marca registrada. Todos los derechos reservados.

Redacción Diario Crónica Digital
Fono: 950142601

Un café en una plaza con historia....

Maturana con Huérfanos
plaza Brasil,
Santiago de Chile.

La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es cafe-con-torta-900x675.jpeg