Por Marcel Garcés Muñoz.
Fue un encuentro emotivo, organizado por su familia, su hermana Iris Largo, por el Centro Cultural René Largo Farías, por los vecinos de lo que fue su “residencia” final en la tierra por la que luchó Garcés Muñoz.
Fue un encuentro emotivo, organizado por la familia, su hermana Iris Largo, por el Centro Cultural René Largo Farías, por los vecinos de lo que fue su “residencia” final en la tierra por la cual luchó, cuando la democracia estaba proscrita, y a la que siempre quiso volver –y lo logró apasionadamente- venciendo el exilio.
Cantores como Pancho Villa y Camila “Chascona”, Julio Serey, Alejandro Aránguiz entregaron su aporte y testimonio artístico en el acto de recuerdo y homenaje, la periodista Saray Soto, dio a conocer su tesis de grado en la Universidad de Chile, “Río Sonoro: Vida y Obra de René Largo Farías”, Rodrigo Prieto, dirigente de la junta de Vecinos que acogió el acto, y candidato a Alcalde de La Florida, la concejala de la comuna, Victoria Oyarzún, señalando que con el recuerdo de la obra artística de René Largo Farcías, “renace el tiempo y la esperanza” y que su ejemplo permanece y alienta “las actuales luchas de poder encarnadas en este proyecto de futuro”.
Por su parte la diputada del distrito 12, de la Región Metropolitana, y presidenta de las Juventudes Comunistas de Chile, Daniela Serrano, resaltaron el aporte de René Largo, al proceso de “renacer del tiempo y de la esperanza” y como su quehacer, ayer y en el presente, inspira y contribuye en el escenario de una cultura popular que transforma la sociedad”.
Su sobrina, Inés Varas Morel, por su lado recordó, a René y su pasión patriótica, que ejerció al intentar- y lograr-, en un acto audaz, valiente y temerario, poner fin a su exilio impuesto por la dictadura de Augusto Pinochet, cuando junto a el dirigente estudiantil, Osiel Nuñez, y al profesor Luis Godoy, desafiaron a la dictadura de Pinochet y al exilio forzado.
René dijo y clamó ”Exijo vivir en Chile”.
Y su voz, su emoción resuena hoy, aunque haya muerto en manos de miserables que hasta hoy la justicia, los investigadores, las autoridades, no han identificado, pero que sabemos quienes estuvieron tras su muerte buscando borrar de la historia su ejemplo de coherencia, de voluntad, compromiso y de contribución a la recuperación democrática de la Patria, de vocación por el arte musical folklórico y su compromiso militante con el quehacer artístico, social y político popular.
Inés Varas Largo recordó la convicción patriótica de René, que lo trajo de vuelta a Chile en 1984, para reencontrarse con el canto, el poncho, los sabores y el paisaje de su Patria, de la amistad, y de la lucha por la recuperación de la democracia, el abrazo fraterno de los camaradas, pero finalmente de la venganza miserable de la dictadura y sus secuaces.
Pero lo cierto es que René sigue vivo y sus palabras siguen vigentes, como cuando se alzó exclamando “Exijo vivir en Chile”, y lanzó, su reclamo, su protesta, su sentimiento, su poética imprecación, esta oración del exiliado que no acepta su condena injusta, desde Moscú, en el invierno de 1980, y que hoy recordamos como símbolo de su amor a su país y su gente, sus hermanos y camaradas, su historia social y sus sueños, su compromiso por esta tierra y su paisaje.
Este es el texto:
“Exijo vivir en Chile … para luchar allá, para amar allá, para reencontrar mis raíces, para besar a la noble y arrugada vieja mía de Las Tablas, para abrazar al hermano enfermo y brindar con pajarete del Huasco.
Exijo vivir en Chile … para ayudar con mis manos a cortar la maleza, para buscar al amigo que se perdió en la negra noche de la infamia, para cantar con Silvia Urbina “Los Barcos en la Noche”, para payar con el Piojo junto a un botellón de cuarenta tiritones, para ver bailar un valsecito ingenuo a los claros muchachos de Graneros.
Exijo vivir en Chile … para pararme de cara al viento en los acantilados de Antofagasta y mirar el reto de piedra de La Portada, para tomar de madrugada café con malicia en el mercado chillanejo, para ver brillar al sol la nieve de Coyhaique, y para ver romper las olas en el viejo muelle de Puerto Huasco.
Exijo vivir en Chile … porque se me está olvidando la tonada, porque no ha sido posible hallar en ”niuna” parte la gloria fresca del pebre, ni la fragancia tibia de la humita, ni el sabor de la albahaca, ni el dorado deleite del erizo, ni la dulzura espesa del uvate, ni nada que se parezca al “colemono” con aguardiente doñihuano.
Exijo vivir en Chile … porque seguimos estando allá … y no estamos; porque seguimos estando allá … y estamos lejos; y no sabemos qué pasa en este minuto exacto con los que viven en Avenida Trino, o en San Miguel, o en la calle Prat vallenarina, o donde sea.
Exijo vivir en Chile … porque es mi tierra, porque nací allá, porque me hice maestro en una vieja Normal rural, porque crecí en las luchas populares, porque levanté bandera en las alamedas, porque enronquecí gritando “El Pueblo Unido… “.
Exijo vivir en Chile. Es mi derecho, es el derecho de un millón de chilenos desarraigados. Exijimos volver.
Somos un río sonoro, como un río extraviado que busca su cauce … y que tendrá que hallarlo”.
¡GRACIAS POR ESCUCHAR, POR RECORDAR A RENE!
¡AÚN ESPERAMOS POR LA VERDAD Y LA JUSTICIA!
Marcel Garcés Muñoz
Periodista
Director de Crónica Digital
Santiago de Chile, 30 de octubre 2024
Crónica Digital