Domingo veraniego, agradables temperaturas y entre las atracciones de los Juegos Olímpicos de París 2024 el fabuloso pebetero en el medio del Jardín de las Tullerías, entre el Museo del Louvre y la Plaza de la Concordia.
Por Michel Dalí, enviado especial
Se mantiene en medio de una laguna artificial, a 30 metros de altura, con los siete metros de diámetro de este original receptáculo, que supone albergar el fuego olímpico en una base y el globo aerostático suspendido para delicias de público en general y acreditados en el magno evento.
Lo sostienen varias cuerdas tensadas sobre unos bloques de concreto y su figura está realzada por 40 focos LED que iluminan la nube creada por 200 boquillas de nebulización de alta presión. Después de ser encendido por los destacados deportistas franceses Marie-José Perec y Teddy Riner, el acceso gratuito es un privilegio que nadie quiere perder en la Ciudad de las Luces.
El encendido ya dejó impresionados a quienes siguieron la ceremonia de inauguración de los Juegos en la noche del 26 de julio, flotando y con la determinación de hacerlo así hasta el 11 de agosto.
En realidad, no es un fuego verdadero lo que aparentemente arde, sino una ilusión de llama sin combustible diseñada por el gigante energético francés EDF. Por lo tanto, no hay peligro de propagación de fuego.
Donde si hubo llamaradas de abucheos y un público mayoritariamente enardecido fue en el Estadio Torre Eiffel, donde se juega el voley de playa. El foco fue un jugador neerlandés, quien cumplió condena en el pasado por la violación de una niña de 12 años.
Steven Van de Velde pasó un mal rato durante su partido frente a la dupla italiana integrada por Alex Ranghieri y Adrián Ignacio Carambula, ante la que cayó al lado de su compañero Matthew Immers.
El asunto despertó gran indignación en numerosas asociaciones de defensa de los derechos de las mujeres y de la lucha contra la violencia en el deporte, pero el Comité Olímpico neerlandés lo protegió con algunas precauciones.
Otro tema mas noble y atractivo alrededor de las justas parisinas se difundió este domingo en torno a la gimnasta estadounidense Simone Biles, quien no obstante resentirse de una lesión, entrenó en forma y sigue decidida a recuperar su brillante carrera en la capital francesa.
Enfundada con un traje plateado y mostrando ciertas molestias en la pantorrilla izquierda, Biles, que tuvo problemas de ansiedad y presión mental que la alejaron del deporte activo desde Tokio 2020, dejó ver que puede volar a los planos estelares.
Tiene 27 años, cuatro oros olímpicos y 30 medallas en campeonatos del mundo, y en la París Bercy Arena puede incrementar su colección de preseas.
Sorpresa y decepción en la jornada, el revés del doble monarca olímpico Julio César La Cruz, en los pesos pesados, ante el azerbaiyano Loren Alfonso, por decisión 3-2.
La Cruz, campeón de los semipesados en Río 2016 y en peso pesado cinco años después en Tokio, tenía el sueño de igualar a sus compatriotas Teófilo Stevenson y Félix Savón, y al húngaro Lazlo Papp todos con tres medallas doradas en Juegos Olímpicos.
París, 29 de julio 2024
Crónica Digital/PL