El exparlamentario apoyó los dichos del padre del Presidente sobre la errada imagen que proporciona el retiro del proyecto eólico Faro del Sur del Sistema de Evaluación Ambiental, por “sobre exigencias” en el proceso de evaluación. Así mismo, destacó la necesidad de que las energías solar, eólica e hidrógeno verde – así como el cobre y el litio- sean declarados “recursos estratégicos” para agilizar los procesos de evaluación de cualquier proyecto que los involucre.
El vicepresidente de la Fundación Encuentros del Futuro (FEF), Guido Girardi, entregó este martes su respaldo a las opiniones de Luis Boric, padre del Presidente de Chile, en cuanto a que el proyecto del parque eólico Faro del Sur en Punta Arenas ha tenido “una excesiva burocratización” lo que finalmente llevó a las empresas HIF Chile y Enel Green Power Chile a retirar el estudio del proyecto del Sistema de Evaluación Ambiental (SEA).
El argumento de las empresas para tomar tal decisión fue por “exigencias excepcionales (…) que sobrepasan los estándares habituales”, lo que deja trunca la iniciativa que buscaba transformar los fuertes vientos patagónicos en energía eólica almacenada y distribuida como hidrógeno verde (HV), “el combustible que puede desplazar a las energías fósiles y salvar a la humanidad de los desastrosos efectos del calentamiento global”, afirmó el exparlamentario.
Además, enfatizó en la imagen comunicacional que proporciona el Gobierno para con el mundo “al caerse un proyecto que involucra Hidrógeno Verde las empresas internacionales y de vanguardia en la materia no tendrá incentivos para implementar el uso de energías verdes en nuestro país”.
Girardi recordó que, en 2011, “vinieron al Congreso Futuro dos expertos mundiales en el tema, cuando en el mundo no se hablaban de eso y, en 2017, junto a todas las universidades, creamos la Comisión de Hidrógeno Verde que planteó que esta energía podría ser un negocio para el país equivalente a todo el PIB chileno y, además, evitar que la humanidad encalle y no dejar un basurero como futuro a las generaciones que vienen”.
El exparlamentario afirmó que “Chile tiene todas las condiciones geográficas y geopolíticas para ser el mayor productor de hidrógeno verde del mundo para abastecer a buena parte del planeta y desplazar, de una vez, a los combustibles fósiles”.
Añadió que “así como importamos gas natural, podríamos exportar hidrógeno, cuyo ‘contaminante’ es agua- y ser la Arabia Saudita del siglo en materia energética. Chile tiene una responsabilidad ética con la humanidad”.
Por ello calificó de “inaceptable, y compartimos la opinión del padre del Presidente, en el sentido que ‘la excesiva burocratización’ hizo caer este proyecto, lo que es una muy mala señal de incerteza y desincentiva a otras empresas a impulsar proyectos similares, lo que es una pésima noticia para la sobrevivencia del mundo”.
Girardi afirmó que “se deben levantar muchas plantas fotovoltaicas y eólicas para generar la cantidad de energías renovables suficiente para ser almacenada y exportada como hidrógeno. Pero si no están implementadas al 2035, ya será demasiado tarde”.
Agregó que el HV, “es fundamental para alimentar todo el chasis energético -data center y nubes- que requiere la inteligencia artificial para funcionar y que es cada día más imprescindible para alimentar, vestir, transportar y cuidar a la humanidad”.
El vicepresidente de FEF dijo que “lo mismo ocurre con el cobre y el Litio, en los momentos que más se requieren para la electromovilidad, Chile disminuye la producción de cobre y no acelera la extracción de litio, que sólo tiene una ventana de 20 años antes de ser reemplazada por el HV y nos quedemos con la mayor parte de los 13 millones de toneladas que tenemos”.
Por eso dijo que planteará al presidente Gabriel Boric que “las energías solares, eólica y el hidrógeno verde sean declarados recursos estratégicos y, sin disminuir las exigencias, tengan un mecanismo de evaluación más rápido y eficiente y dejemos de ser rehenes de un sistema anacrónico que impide que Chile colabore a enfrentar el calentamiento global”.
El exparlamentario dijo que “una estrategia distinta consistiría en que el Estado escoja los terrenos más aptos y desarrolle los estudios de irradiación, geológicos, de impacto ambiental, las consultas indígenas y convoque a las empresas gestionar el proyecto que es lo que saben hacer y las libere del proceso burocrático”.
Y finalizó señalando que “si el Estado se hace cargo de la gestión burocrática del proyecto, los períodos de evaluación disminuirían de 8 o 10 años, a dos o tres y, por ello, debe plantearse como socio de las empresas para así terminar con cualquier incerteza”.