Por Isabel Gómez*
Yo sé hacia dónde vamos,
y es ésta la palabra:
No sufras
porque ganaremos
ganaremos nosotros
los más sencillos,
ganaremos
Aunque tú no lo creas,
ganaremos.
Pablo Neruda
Chile, sin duda, está viviendo tiempos históricos profundos, la construcción de un nuevo país pasa por asumir responsabilidades de todos los sectores que conformamos este territorio. Hacemos un llamado a las y los jóvenes a asumir un rol protagónico este 4 de septiembre y concurrir a votar en el plebiscito de salida; en ustedes está el comenzar a germinar cambios significativos en nuestra sociedad.
Bajo este prisma se necesita de manera urgente que las y los jóvenes se vinculen al ejercicio democrático de participar en la política, de observar la realidad de su país y contribuir, desde la reflexión, la crítica y el análisis a mejorar la calidad de nuestra democracia y por ende dignificar nuestra existencia.
Desde que se ejerce el voto voluntario existió la intención de aumentar la participación de las y los jóvenes, hecho que en la práctica no ocurrió, más bien ha disminuido. ¿Cuáles son las causas que generan esto? Si bien es cierto no hay muchos estudios que nos hablen sobre esta problemática, está claro que se necesita desarrollar un diagnóstico que nos hable y profundice sobre el sentir de las y los jóvenes, sus intereses, sus gustos, su manera de relacionarse con el entorno, sus expectativas de vida y tantas cosas que sean decidoras de su subjetividad. Estos estudios serían elementos claves para hacernos un cuadro teórico de las motivaciones y también las desmotivaciones que enfrentan para acercarse a la política y ver en esta herramienta, una forma de participar e inmiscuirse en los destinos de su país.
Sin duda, la falta de representatividad de los jóvenes en la política agudiza el problema ya que, al no existir una valoración de la democracia, se minimizan los canales de participación, que orienten en la superación de los problemas sociales presentes en la sociedad, de esta forma, pierden fuerza las posibilidades de lucha, con las herramientas democráticas que están dadas dentro de las comunidades, transformándose así, en observadores pasivos del acontecer político, social y cultural.
La política es un ejercicio cultural, las y los jóvenes debieran asumir un papel más protagónico, que les permita incidir en nuevos cambios de paradigma, el desafío es mayor y las condiciones están dadas para ejercer compromisos, desde la participación en asambleas barriales, centros deportivos, juntas de vecinos, centros culturales y tantos espacios desde donde contribuir en el ejercicio democrático, que avizore la construcción de un nuevo país, más justo, más equitativo y más inclusivo. No te restes de tener un rol activo en la construcción de nuestra historia y nuestra memoria.
Cambiar la constitución de Pinochet ya no es un sueño, es una realidad. Vota apruebo y comencemos a escribir un relato armónico donde todos y todas nos pensemos, desde la emoción de sentirnos necesarios e importantes en la patria grande, la patria de todos y todas.
Los sueños de ayer, serán los sueños nuestros, observando el limpio cielo de la esperanza.
* Vicepresidenta Sech
Santiago de Chile, 2 de septiembre 2022