Las acciones militares, en aumento en las últimas 48 horas, son paralelas a un esfuerzo negociador de Rusia para que la ciudad de Ain Issa, bajo dominio de las FDS, sea entregada al Ejército sirio y la Policía Militar de Moscú, reforzada y desplegada en la zona.
Los reportes divulgados, tanto en medios sirios como en el sitio Al Masdar y la agencia Sputnik, indican que los enfrentamientos no cesan, con intercambios artilleros de las partes en pugna y sin intervención directa de las fuerzas gubernamentales de Siria.
Lo que ocurre, en consonancia con lo reportado, es que los acuerdos de octubre de 2019 entre los presidentes de Rusia y Turquía, Vladímir Putin y Recep Tayyip Erdogan, respectivamente, no se concretan en la práctica.
El memorando de entendimiento firmado en Sochi señala que los grupos kurdos debían retirar sus fuerzas a unos 30 kilómetros de la frontera con Turquía con una línea divisoria alrededor de los asentamientos de Ain Isa y Tell Tamer, así como de las ciudades de Manbij y Tel Rifaat, hasta 10 de dentro de la frontera norte.
Hace menos de 24 horas el contraalmirante Viacheslav Sytnik, jefe del Centro ruso para la Reconciliación en Siria, emitió un comunicado al respecto en el cual afirma que unidades adicionales de la Policía Militar de su país llegaron a la zona para intensificar los esfuerzos y estabilizar la situación.
En el reporte, dicho responsable subrayó que ‘hacemos un llamado a las partes que llevan a cabo ataques mutuos para detener la escalada’ en la región, ubicada a unos 700 kilómetros al norte de la capital siria.
Desde el 2016, tras varias operaciones militares, las fuerzas de Turquía con más de 15 mil efectivos tienen bajo control cerca de seis mil kilómetros cuadrados de regiones de las provincias de Hasaka y el norte de la de Alepo, hechos denunciados por medios oficiales sirios como una ocupación ilegal del territorio nacional.
Damasco, 28 diciembre 2020
Crónica Digital/PL