Por su parte Katrin Göring-Eckardt, jefa del grupo parlamentario de Los Verdes, copatrocinadores de la propuesta, indicó a otros medios locales que ‘para enfrentar con decisión el racismo hay que contar con responsabilidades claras a nivel federal’.
Merkel, del gobernante partido Unión Democristiana (CDU) ve con escepticismo la idea en vísperas de una cumbre sobre integración este lunes en la cancillería, con representantes de organizaciones afines al tema.
De acuerdo con analistas, uno de los puntos será el atentado racista en la ciudad de Hanau, estado federado de Hesse (oeste) donde Tobias Rathjen, de 43 años, mató a balazos el 19 de febrero a nueve personas de origen extranjero para más tarde asesinar a su madre y quitarse la vida.
Tras los sucesos la ministra de Justicia, Christine Lambrecht, anunció el reforzamiento de la seguridad en lugares públicos ante el incremento de la violencia, hecho que calificó como ‘el peligro número uno para la democracia en el país’.
Esta nación experimenta desde hace meses un aumento de los actos delictivos planeados, según fuentes gubernamentales, por elementos de extrema derecha y cuyo objetivo es instaurar y difundir un discurso de odio desde diferentes aristas.
Un artículo del diario Tagesspiegel, reflejó que ‘ya no se puede hablar de actos individuales […] sino de un problema político’, mientras una encuesta efectuada el pasado mes destaca que gran parte de los padres alemanes demandan mayor protección para sus hijos en Internet.
En días pasados fuentes del Ministerio del Interior mostraron preocupación por la posibilidad de que los sectores más radicales de la extrema derecha ‘adquieran cada vez más armas’ y dieron a conocer que en 2018 resultaron incautadas mil 91 de esos artefactos, mientras el año anterior la cifra fue de 676.
Desde 2013 el derechista partido Alternativa para Alemania (AfD), fuerza política abiertamente xenófoba, experimenta un auge en el entorno político del país.
Esta formación, cuyos dirigentes critican el arrepentimiento alemán sobre el nazismo, debería estar ‘bajo vigilancia’ de los servicios de inteligencia, expresó Lars Klingbeil, secretario general del partido socialdemócrata, según medios locales.
Varias fuerzas políticas acordaron cerrar filas para oponerse al AfD tras la crisis política en el estado federado de Turingia, luego de la elección de Thomas Kemmerich el 12 de febrero para el cargo de primer ministro, gracias al apoyo de dicha fuerza política, resultados anulados más tarde por el Gobierno de Berlín.
Berlín, 2 de marzo 2020
Crónica Digital /PL