Seis candidatos, pero dos modelos de país diametralmente diferentes con mayores posibilidades de llegar a dirigir los destinos de Argentina, darán la pelea en las urnas el 27 de octubre, en unas elecciones con un país en crisis.
Argentina, un país visiblemente polarizado en lo político y lo social, se enfrentará a la última fase electoral para elegir presidente, vicepresidente, varios cargos públicos en las provincias, gobernadores en otras y renovar la mitad del Congreso.
Con el reto de sacar al país de la recesión y una deuda que salta como latigazo a la cara, con la inflación creciendo, el número de desempleados y de pobres también, los casi 34 millones de ciudadanos habilitados para votar tendrán en sus manos la decisión de seguir con el presente o dar vuelta a la página.
País bendecido por la naturaleza, con una riqueza interminable desde el llano hasta la Patagonia, Argentina, uno de los pesos pesados en la geografía de Suramérica, es por estos días un hervidero que se siente en la calle por unas elecciones en la que el mundo pone sus ojos debido al rol de este país para América Latina.
Desde las propuestas de fórmulas presidenciales hasta binomios para llegar al puesto de Gobernador en provincias claves como Buenos Aires, la de mayor cantidad de habitantes y votantes, en la lista de candidatos al sillón de la Casa Rosada hay grupos generacionales que van desde los 39 hasta pasados los 70 años.
El resultado de las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), de agosto pasado, fue el disparador y dejó una verdadera radiografía de lo que pudiera pasar en las urnas, con una gran cantidad de argentinos que le pasaron factura al presidente Macri por sus políticas antipopulares, quien hoy contra viento y marea hace de todo para captar a los indecisos.
En total son seis las fórmulas: Macri y el senador Miguel Angel Pichetto (Juntos por el Cambio), Fernández al lado de la exmandataria Cristina Fernández (Frente de Todos), el exministro de Economía Roberto Lavagna junto al gobernador de Salta Juan Manuel Urtubey (Consenso Federal) y los diputados Nicolás del Caño y Romina de Plá (Frente de Izquierda-Unidad).
Cierran esta nómina el exmilitar y excombatiente de la guerra en Malvinas Juan José Centurión y la abogada Cinthia Hotton (Frente Nos), y el liberal José Luis Espert junto al periodista Luis Rosales (Frente Despertar).
Pero dos propuestas antagónicas, de un lado el oficialismo con Macri, del otro, el binomio Alberto Fernández-Cristina Fernández, son los que más pulsean en estos comicios y también al interior del país por ser las fuerzas más votadas en las primarias.
La fórmula Fernández-Fernández, tras su apabullante triunfo en la primera fase de agosto pasado, con más del 47 por ciento, encabeza las últimas encuestas difundidas en el país, con un margen de diferencia aún mayor de los casi 17 puntos que le sacaron de ventaja a Macri.
De lleno en la campaña reivindicando obras públicas de su gestión y anunciando más promesas, a Macri se le ve en su caravana del Sí se puede dando discursos en varias ciudades y además de prometer, ha dejado varias posiciones claras que no había dicho públicamente, como su desacuerdo con el aborto.
Con la ilusión de darle la vuelta a los números de las primarias, el mandatario va con todo por el país reivindicando lo hecho hasta ahora y asegurando que ahora ‘viene otra etapa, la del crecimiento’, asegura.
Pero el actual gobernante sabe que la tiene difícil, máximo en este último tramo de su primer mandato a punto de concluir el 10 de diciembre, tras la hecatombe vivida después de las primarias cuando el dólar estalló, hundiendo aún más el peso nacional, elevando las cifras negativas de su gestión, entre ellos la cantidad de pobres.
Macri insiste que el país ‘está mejor parado que hace cuatro años, que ahora llega la etapa del crecimiento’ y que escuchó cuanto le dijeron los argentinos en las urnas.
Empero, hay una gran cantidad, sobre todo las personas en condiciones más vulnerables, que han sufrido duro el ajuste económico y siguen haciendo malabares para llegar a fin de mes, porque el salario no alcanza, porque pagar un alquiler se hace imposible y también comprar los alimentos.
Mientras tanto, el otrora jefe de Gabinete durante los cuatro años de gestión de Néstor Kirchner (2003-2007) y el primero de Cristina Fernández (2007-2008), Alberto Fernández, junto a la mayor figura de la oposición, llaman a la unidad para poner a Argentina de pie y señalan que su propuesta estará abocada a un proyecto justo, donde quepan todos.
La dupla del Frente de Todos, integrada por 16 brazos políticos, ha recibido un amplio respaldo de gremios como los camioneros, las centrales obreras, los judiciales, el Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación y otro compacto grupo de intelectuales, científicos y de demás sectores.
En solitario y juntos se le ha visto a los Fernández-Fernández recorrer el país, él en varios actos, ella presentando su libro Sinceramente, aunque la exmandataria ha tenido que interrumpir la campaña para viajar a Cuba a ver a su hija, Florencia Kirchner, internada con estrés postraumático en esa isla hace siete meses.
Fiel al legado de Juan Domingo Perón y de Néstor Kirchner, Alberto Fernández va de un lado a otro con un mensaje principal: poner a Argentina de pie, luchar un país federal, con justicia social e igualdad, sin hambre.
En sus intervenciones insiste en que, de ganar, esta nación austral será dirigida por un presidente, 24 gobernadores y un país que construirán entre todos a partir del 10 de diciembre. Ya es hora de levantarse para lograr ‘la Argentina que nos merecemos”, indicó.
‘Siento la necesidad de poder ayudar y colaborar a terminar con esta catástrofe social y económica que viven hoy los argentinos y las argentinas’, expresó en fecha reciente su compañera, Cristina, esa líder que llevó las riendas de este país durante ocho años y hoy se puso al lado de Alberto para acompañarlo como vice.
Con su mirada de estadista y experiencia en la política, la exmandataria sabe el reto que asumen, aunque señala que no se va a solucionar mágicamente un endeudamiento brutal ‘como el que sufrimos en estos años’, dijo.
Las opciones resultan claras. Nuestras prioridades son el trabajo y la producción, los humildes y la clase media, los comerciantes y los emprendedores, los que enseñan y los que aprenden. Hay que salir de la lógica de la especulación financiera y construir la agenda de desarrollo, señala el Frente de Todos liderado por los Fernández.
En este gran mapa político aparece otra propuesta que mide como tercera opción con más posibilidades y busca despojarse de los dos brazos anteriores, Lavagna-Urtubey.
El exministro de Economía resalta que su alianza nació ‘fruto del acuerdo y la coherencia. Con Urtubey coincidimos en el diagnóstico de la crisis económica e institucional que padece Argentina y en la necesidad de crear una alternativa superadora que nos conduzca al crecimiento y la justicia social’, señaló recientemente.
Lavagna, de 77 años, tiene un gran punto a su favor: fue el encargado de llevar las riendas de la economía durante la presidencia de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner, cuatro años en el cargo convirtiéndolo en el funcionario que más tiempo ha permanecido en ese puesto.
La construcción de un espacio político que busca redefinir el federalismo en Argentina, así se autodefine la tercera fuerza con mayor peso para ganar en las urnas, la cual en su spot televisivo señala que saben cómo echar adelante la economía.
El almanaque comienza a marcar el tiempo restante cuando faltan dos semanas para unas elecciones en un país donde la mayor preocupación de muchos es como pagar el alquiler y llegar a fin de mes.
En las manos de los argentinos estará la decisión final, en una primera vuelta en la que para llegar a ganar, la fórmula vencedora deberá acumular el 45 por ciento de los votos afirmativos, de lo contrario tendrán que volver a las urnas para una segunda y última vuelta el 24 de noviembre.
*Corresponsal de Prensa Latina en Argentina.
Buenos Aires, 14 de octubre 2019
Crónica Digital /PL