La oposición venezolana retoma su apuesta por la violencia y los llamados a la intervención extranjera, al demostrarse una vez más su total divorcio con la ruta democrática como vía para dirimir las diferencias políticas.
A diferencia de otros episodios de la historia reciente como el golpe de Estado de abril de 2002 contra el entonces presidente, Hugo Chávez (1954-2013), las denominadas guarimbas de 2014 y 2017, o el fallido atentado con drones contra Nicolás Maduro en agosto de 2018, la ola fratricida llegó ahora disfrazada del manto de la ayuda humanitaria.
Pasado un mes de la autoproclamación del diputado Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela, grupos vandálicos intentaron crear el caos en la región fronteriza del estado de Táchira, como parte de la supuesta operación de asistencia, denunciada por Caracas como pantalla para encubrir una intervención militar.
El gobierno de Venezuela responsabilizó a las administraciones de Donald Trump (Estados Unidos) e Iván Duque (Colombia) de planificar una maniobra de falsos positivos para justificar una conflagración bélica contra la nación sudamericana.
El ministro de Comunicación e Información, Jorge Rodríguez, mostró pruebas de acciones perpetradas en la línea limítrofe por grupos violentos bajo las órdenes de voceros de la ultraderecha nacional, con el objetivo de culpar a los efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) desplegados en el área.
“Nunca existió intención alguna de ingresar ayuda humanitaria, se trató todo el tiempo de un plan para agredir a Venezuela”, enfatizó el titular al denunciar toda una campaña de noticias falsas desplegada a través de medios de prensa y redes sociales.
Al respecto, Rodríguez mencionó que la sustracción de vehículos blindados de la GNB por dos desertores tenía como fin atropellar a las personas presentes en el puente Simón Bolívar, y presentó evidencias que demostraron la implicación de elementos desestabilizadores en el incendio de un camión con supuesta carga humanitaria en el puente Santander.
Elementos aportados por la periodista de la cadena multinacional Telesur Madelein García pusieron al descubierto que el citado cargamento contenía material para fomentar las denominadas guarimbas, dígase cables, máscaras antigas y clavos.
Este domingo se suscitaron focos violentos en la región fronteriza del estado de Táchira, aunque de menor intensidad que los reportados durante la tensa jornada del sábado, informó el protector de esa occidental demarcación, Freddy Bernal.
Comandos irregulares atacaron en varias ocasiones los puentes Simón Bolívar y Santander, debajo de los cuales elementos criminales elaboraban bombas incendiaras artesanales -los llamados cocteles molotov- “bajo la mirada cómplice de la Policía y el Ejército colombianos”, manifestó Bernal.
Aseguró que a pesar de las reiteradas incursiones terroristas desde el otro lado de la frontera, esta se encuentra en absoluta paz y los puestos fronterizos están bajo la custodia de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, en tanto se mantiene el despliegue cívico-militar para resguardar la soberanía y la paz de la nación.
Grupos paramilitares asentados en el corregimiento La Parada, en la localidad colombiana de Cúcuta, perpetraron un nuevo ataque durante la madrugada de este lunes al Comando Mixto de la FANB La Mulata, ubicado en el municipio Pedro María Ureña.
El sábado los partidarios del gobierno constitucional marcharon por miles en Caracas para mostrar su respaldo al jefe de Estado, Nicolás Maduro, quien anunció la decisión de romper relaciones con Colombia, al responsabilizar a su homólogo Iván Duque de brindar apoyo a las acciones desestabilizadoras.
“Hicieron un show -en referencia al intento de forzar la entrada de la ayuda humanitaria- y le han perturbado la vida al noble pueblo de la frontera”, enfatizó el mandatario.
Un posterior comunicado de la Cancillería condenó “los sistemáticos actos de agresión por parte del gobierno de Colombia, bajo la tutela de Estados Unidos”, y dejó constancia de que la postura de Bogotá obligó a las autoridades bolivarianas a tomar esta decisión en defensa de la dignidad nacional y la integridad de su territorio.
Tras el fracaso de la denominada operación de ayuda humanitaria, el ilegítimo presidente encargado Guaidó anunció vía Twitter que pediría a la comunidad internacional tener abiertas todas las opciones para derrocar al gobierno constitucional de Nicolás Maduro, en franca alusión a una posible intervención militar.
A su vez, el prófugo de la justicia venezolana Julio Borges -señalado por Caracas como autor intelectual del intento de magnicidio perpetrado en agosto contra Nicolás Maduro- anunció que exigiría ante el denominado Grupo de Lima una escalada de la presión diplomática y en el uso de la fuerza contra la “dictadura”.
La agrupación de gobierno de derecha, reunida este lunes en Bogotá bajo la égida del vicepresidente norteamericano, Mike Pence, acentuó su línea injerencista contra el gobierno legítimo de Venezuela, pero descartó apoyar una intervención militar de Estados Unidos contra ese país.
Por Wiliam Urquijo Pascual
Caracas, 25 de febrero 2019
Crónica Digital / Prensa Latina