Hablar de la dictadura y del voraz terremoto de 2010 proyecta dos realidades ineludibles de Chile, donde la fértil literatura también se ocupa de estos temas en la pluma de Miguel Alvarado Natali.
Escritor, poeta y periodista, pudiera resumirse, todavía joven a sus 50 años, Alvarado Natali confesó a Prensa Latina que su aproximación al mundo de la literatura le llegó con asuntos de amoríos.
“Uno empieza a enamorar de muy joven y siente la necesidad de escribir algo romántico. Aparecen las frases inspiradas en alguna dama; pero luego cuando terminas la carrera (periodismo) se te va”, comentó.
Calle Dieciocho es precisamente una novela con bastante de autobiográfica, que relata un curioso y simpático anecdotario de la época estudiantil en plena dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), con miedos, sueños y tropiezos de los personajes.
Una mirada variopinta que revela con buen tino la realidad del momento, donde no falta la inocencia, el compromiso, la maldad y el ideal de muchos que preferirían mostrarse ajenos a la situación mientras no la sufrieran.
“El libro me salió en tres meses porque era algo muy cercano. Me estimuló bastante cuando salió Ardiente Paciencia, de Antonio Skármeta, que va en la cuerda de Neruda (y generó dos películas, entre ellas la famosa Il Postino o El Cartero de Neruda)”, apuntó.
“Creo que modestamente Calle Dieciocho es también un homenaje a los 3,5 millones de jóvenes chilenos que votamos por el NO contra Pinochet en el plebiscito de 1988 y que abrió las puertas a la democracia”, destacó Alvarado Natali.
Editor Cultural de Crónica Digital, rinde asimismo un sentido tributo al emblemático Barrio Yungay de Santiago, por cierto donde se levanta el mayor monumento al apóstol de la independencia de Cuba y gran poeta y escritor, José Martí.
En el texto de poesía, desgarradora a ratos, con el mismo nombre del enclave, se atreve a retozar con estrofas que parecen dibujar crónicas urbanas con notable vehemencia. De algún modo, la premiada película Machuca (Andrés Wood) aborda el asunto.
El autor además de otro poemario sobresaliente, Estaciones, reconoció que dedicarse por completo a la literatura es muy difícil en un país en el que pagar las cuentas es el pan nuestro de cada día.
“Tenemos algunos referentes, Isabel Allende, el mismo Skármeta, pero no son muchos. En todo caso, rendirse no es la opción y por eso quiero lanzar hacia marzo de 2019 La animita del pueblo”. Reflexionó.
“La animita del pueblo se me ocurre la noche del terremoto en Chile en 2010, y parte en 1980 en una zona aristocrática del litoral de la región Metropolitana (donde está Santiago)”, precisó.
Por Fausto Triana
Santiago de chile, 16 de noviembre 2018
Crónica Digital /PL