Sin embargo, la aceptación de la renuncia del obispo Juan Barros por el papa Francisco si bien dejó satisfechas a las mayorías, dejó secuelas de contrariedad entre quienes todavía creen en la inocencia del párroco.
Barros fue acusado de encubrimiento desde hace años por tres víctimas de abusos sexuales del defenestrado cura Fernando Karadima. Su expediente se convirtió en aguafiestas en la visita de su santidad a Chile en enero.
‘La reconciliación es un don del señor, no es una obra de hombres, lo podemos expresar con mucha humildad. Están todos invitados, son todos libres de aceptar o rechazar’, remarcó Scicluna, una suerte de fiscal del Vaticano.
El obispo auxiliar de Santiago, Jorge Concha Cayuqueo, nombrado administrador apostólico de la diócesis de Osorno, llegó la víspera aquí para hacerse cargo de la responsabilidad y será uno de los protagonistas en la misa dominical.
La ceremonia tendrá lugar en la Catedral San Mateo Apóstol y si bien persigue reforzar el llamado a la unidad de los feligreses, subsisten posiciones encontradas.
Investigadores del Vaticano, que luego de su anterior visita al país austral en febrero entregaron un informe de dos mil 300 páginas al sumo pontífice, Scicluna y Bertomeu desean limar asperezas dentro de una comunidad religiosa dividida.
‘El clero está fracturado. Necesitamos dialogar. Ahora ese es nuestro papel, tenemos que hacer un mea culpa, y junto con el nuevo administrador apostólico buscar la reconciliación’, comentó el párroco Peter Kliegel, opositor a Barros.
Osorno, Chile, 17 de junio 2018
Crónica Digital /PL