La presencia inusitada de tantos ministros de la Iglesia Católica de Chile en el Vaticano en un lapso tan corto pudiera despertar curiosidad, a menos que se conozcan los escándalos de abusos sexuales en el país austral.
En la Santa Sede serán recibidos por el papa Francisco del 1 al 3 de junio, por invitación expresa del pontífice, nada sorprendente después que estallaron en una dimensión increíble casos de pederastia y trasgresiones sexuales.
No sólo dentro del ámbito de curas, seminaristas y creyentes, sino también al interior de conventos de monjas, con la cruda denuncia de la exnovicia Consuelo Gómez Pinto, violada a los 20 años de edad por una superiora.
A esa noticia se añada el viaje de los siete chilenos que dialogarán con el Santo Padre sobre sus amargas experiencias del sometimiento de que fueron víctimas por parte de Karadima y que los hizo apartarse incluso del mensaje del Evangelio.
Un cura (Oscar Muñoz) que trabajó con el cardenal y obispo de Santiago confesó hace poco su arrepentimiento por haber cometido abusos sexuales. Fue objeto de medidas cautelares y separado de sus cargos de canciller de la curia y párroco.
Para tratar de poner orden en un ambiente de desprestigio creciente de la iglesia en Chile, el cura español Jordi Bertomeu será enviado nuevamente a la nación sudamericana, son que se sepa hasta el momento el contenido de su misión.
Bertomeu acompañó al arzobispo de Malta y fiscal del Vaticano, monseñor Charles Scicluna, en pesquisas para determinar la veracidad de víctimas del asunto Karadima y otros en la congregación Hermanos Maristas.
Sin embargo, al destapar la olla, las cosas se fueron complicando cada vez más. La renuncia de los 34 obispos de Chile entregada al papa hace un par de semanas ahora se antoja insuficiente.
En razón de cálculos biliares que afectaron la salud de monseñor Scicluna durante su estancia aquí, Bertomeu debió asumir las entrevistas con unas 64 personas que describieron los abusos sexuales de parte de clérigos.
De tal forma, su designación para retornar a Chile apunta a un paso crucial para ofrecer conclusiones, aunque difícilmente definitivas tras todos los destapes surgidos en los últimos días.
Santiago de Chile, 31 mayo
Crónica Digital /PL