Turquía pagará un adelanto equivalente al 45 por ciento del total y la parte rusa concederá un crédito de exportación que cubrirá el otro 55 por ciento del contrato, constató el director general de Rostej, un consorcio estatal que agrupa a gran parte del complejo militar industrial ruso.
Para 2020, prevemos iniciar los primeros suministros al vecino país, declaró el funcionario, quien reconoció que hasta el momento es el único país de la Organización del Tratado del Atlántico Norte en adquirir esos complejos.
Ankara recibió fuertes críticas e incluso amenazas de Estados Unidos por su decisión de adquirir los complejos rusos, que prevé instalar en la zona del mar Mediterráneo para ampliar las áreas de defensa del país en esa dirección y en la zona de Siria, revelaron aquí medios de prensa.
Los S-400 tienen un rango de acción de cinco metros a 30 kilómetros de altura, un alcance máximo de 400 kilómetros, mientras pueden detectar sus objetivos a una distancia de 600 kilómetros, con capacidad para lidiar con 36 objetivos al mismo tiempo.
El complejo antiaéreo, utilizado desde 2007 en las fuerzas armadas rusas, puede destruir modernos cazas, bombarderos estratégicos, drones, misiles balísticos y proyectiles supersónicos, así como crear varios eslabones de defensa.
Para destruir sus objetivos emplea tres tipos de cohetes diferentes: el 40N6, con un alcance de 400 kilómetros, el 48N6, con 250 kilómetros, y el 9MN6, con 120 kilómetros. El sistema puede ser instalado en un máximo de 10 minutos y puesto a punto para disparar en un plazo de tres.
Rusia elaboró una variante de exportación, con un precio promedio de poco más de 168 millones de euros.
Arabia Saudita también expresó su deseo de adquirir el sistema antiaéreo ruso.
Moscú, 27 de diciembre 2017
Crónica Digital /PL