Un modelo divulgado el año pasado por la Organización Mundial de la Salud reflejó que el 92 por ciento de los siete mil millones de habitantes del planeta viven en lugares donde la contaminación excede los niveles permitidos, un riesgo potencial para la salud.
Como humanidad estamos dañando el planeta de una manera inaceptable, insistió Thiaw, quien precisó que los pobres y los más vulnerables sufren de manera particular el actual escenario.
Para los pobres, el Medio Ambiente constituye su única riqueza, subrayó el director ejecutivo adjunto de la entidad especializada de las Naciones Unidas, designado en el cargo en 2013.
El funcionario afirmó que la responsabilidad de frenar la contaminación recae sobre todos los sectores de las sociedades, los gobiernos, las organizaciones, el sector privado y los individuos.
Tomemos como ejemplo los océanos, un tema que en junio fue abordado en una conferencia de la ONU, la cual culminó con el compromiso de la comunidad internacional de conservar y manejar de manera sostenible esos espacios marinos, señaló.
Thiaw consideró un objetivo vital que los seres humanos dejen de arrojar basura a los mares y de sobreexplotar sus recursos, ya sean pesqueros o minerales. En ese sentido, manifestó expectativas por la Tercera Asamblea Ambiental de las Naciones Unidas, foro que se celebrará del 4 al 6 de diciembre en Nairobi.
La reunión de la capital de Kenya se centrará en el problema de la contaminación del entorno, adelantó.
Según el experto, la Asamblea, un cuerpo universal integrado por los 193 Estados miembros de la ONU, debe dejar una declaración ministerial, varias resoluciones y compromisos voluntarios con la protección del planeta.
Naciones Unidas, 25 de julio 2017
Crónica Digital /PL