Los conservadores, encabezados por la primera ministra Theresa May, lograron un triunfo calificado por diversos analistas como victoria pírrica pues obtuvieron doce asientos menos en la Cámara de los Comunes y perdieron la mayoría absoluta con que contaban antes de esas elecciones.
Jeremy Corbyn manifestó en sus primeras declaraciones ante medios informativos tras el conteo de los votos que, luego del avance histórico logrado, él y su partido están listos para servir al país aunque descartó la posibilidad de llegar a ‘acuerdos o pactos’ con otras fuerzas.
El apoyo obtenido por los laboristas contrastó con los negativos vaticinios de hace apenas dos meses, cuando se encontraban a 20 puntos porcentuales por debajo de los conservadores en cuanto a intención de voto.
Basada en ese amplio margen la mandataria solicitó el adelanto para el 8 de junio de este año de los comicios previstos para el 2020, con el propósito de ampliar la mayoría conservadora en el parlamento y así mejorar su capacidad de maniobra política para facilitar la negociación de la salida británica de la Unión Europea, o Brexit.
De acuerdo con los últimos datos, los conservadores alcanzaron finalmente el 42,4 por ciento de los votos y los laboristas el 39,9, una corta diferencia de poco más de dos puntos ante lo cual Corbyn expresó que ‘creo que eso es suficiente para que se vaya May’ tras perder ‘escaños, votos, apoyo y confianza’.
De los 650 escaños de la Cámara de los Comunes, el Partido Nacional Escocés logró 35, el Partido Liberal Demócrata 12 y el Partido Unionista 10 a los que se suman otros 13 puestos ocupados por otras fuerzas mientras el ultraconservador Partido de la Independencia de Reino Unido se quedó sin asiento en el Parlamento.
Londres, 9 de junio 2017
Crónica Digital /PL