Por Eduardo Contreras: EL GOLPE FUE EN LA OEA

El primer artículo de la Carta de los Estados Americanos que  dio vida a la Organización de Estados Americanos, la OEA, dice que quienes la suscriben “consagran en esta Carta la organización internacional que han desarrollado para lograr un orden de paz y de justicia, fomentar su solidaridad, robustecer su colaboración y defender su soberanía, su integridad territorial y su independencia.Dentro de las Naciones Unidas, la Organización de los Estados Americanos constituye un organismo regional.” El subrayado es nuestro.
 
 

Sin embargo, desde su nacimiento el 30 de abril de 1948 en Colombia, Bogotá, en el marco de una Conferencia Panamericana y en plena época de la llamada “guerra fría” signada por un violento anticomunismo, la OEA ha sido en los hechos un instrumento político de los Estados Unidos norteamericanos por encima de todo respeto a la independencia de los otros Estaos miembros.

 

Quien quiera ser fiel a la realidad histórica, más allá de todo ideologismo, llegará a la inevitable conclusión consignada. Esto es que la OEA tiene como propósito esencial impedir el desarrollo de cualesquier Estado de la zona cuyo gobierno intente establecer cambios de fondo y poner fin a la dependencia política, económica y militar de los EEUU. La OEA no ha sido fiel a  su declarado objetivo de“trabajar para fortalecer la  paz,, seguridad y consolidar la  democracia, , promover los  derechos humanos, , apoyar el desarrollo social y económico favoreciendo el crecimiento sostenible en  las Américas”. Huelga comentar que su domicilio obvio es en los  EEUU.

Por si alguien lo ha olvidado, intentaremos un brevísimo recordatorio de lo que ha sido la amarga historia de silencio ante los crímenes perpetrados contra los gobiernos progresistas del continente y la adopción de medidas contra regímenes como los de Cuba, Venezuela y en su época contra el Chile de Allende y la Unidad Popular.

1952:
Apoyo  de EEUU al general Fulgencio Batista en Cuba para derrocar al presidente Carlos Prío Socarrás e implantar una sangrienta dictadura. 1954: Apoyo norteamericano al derrocamiento del gobierno constitucional de Jacobo Árbenz en Guatemala al costo de más de 150.000 asesinados y en donde ya participó Agustin Edwards y El Mercurio.1956: Apoyo a los dictadores Somoza, padre e hijo en Nicaragua, decenas de años de crímenes. 1960: Acciones norteamericanas para tratar de terminar con la naciente revolución cubana. 1961: Invasión a Cuba financiada y dirigida por EEUU por Bahía de Cochinos, Playa Girón, derrotada  en menos de 72 horas.

1961:
  Apoyo al golpe contra el presidente electo de Ecuador J. M Velazco Ibarra, el que, no siendo de izquierda,  había demostrado simpatías por Cuba. 1964: EEUU promueve y apoya el golpe contra el gobierno del presidente de Brasil Joao Goulart, por 2 temas centrales : propiedad del petróleo y reforma agraria. 1965: Invasión de efectivos de Estados Unidos a República Dominicana para evitar la vuelta al poder del presidente constitucional Juan Bosch. 1966: Tropas norteamericanas a Guatemala para combatir la insurgencia.

1967:
Soldados de EEUU a Bolivia para encontrar y asesinar a Ernesto Che Guevara. 1971: El diario The Washington Post confirmó que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) había intentado asesinar en varias oportunidades al líder de la revolución cubana Fidel Castro.

1973:
 Apoyo de EEUU al golpe de Estado en Uruguay 1973: Golpe de Estado en Chile instigado y organizado por Estados Unidos. 1976: Apoyo al golpe militar en Argentina.

1980:
Estados Unidos aumenta apoyo a los militares de El Salvador que se enfrentan a las guerrillas del FMLN. Los escuadrones de la muerte proliferan y es asesinado el Arzobispo Romero. 1981: EEUU apoya y financia a los “contra” para destruir el gobierno sandinista en Nicaragua. 1983: Invasión por los infantes de marina de Estados Unidos a la pequeña isla caribeña de Granada para impedir la restauración del líder nacionalista Maurice Bishop.
1989:EEUU invade Panamá con alto costo de vidas humanas. 1990: EEUU interviene abiertamente en el proceso electoral de Nicaragua. 2000: EEUU lanza el Plan Colombia, con el pretexto de “lucha al terrorismo”.

2002:
Estados Unidos apoyó y financió a los elementos que organizaron el fallido golpe de Estado del 11 de abril en Venezuela. Y acá nos detenemos brevemente para subrayar la vergüenza internacional sufrida por Chile cuando su gobierno reconoció a los golpistas que no duraran más de 24 horas en el poder. Es clara la impronta derechista de la política exterior de Chile respecto de Venezuela, entre otras.

En estos últimos años la desclasificación de miles y miles de archivos secretos de la CIA ha permitido conocer mucho más. Por ejemplo de la responsabilidad personal de Kissinger, Nixon y, por supuesto de Agustín Edwards y de sus primeros encuentros cuando apenas triunfó Allende y antes que asumiera el mando, a fin de planificar lo que vendría. Del mismo modo queda clara la presencia norteamericana en temas como el plan “Cóndor”, detenidos desaparecidos, instructores para la tortura, y ejecución de opositores en las dictaduras de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay.

Ante lo cual el silencio de la OEA ha sido total. Es más,no olvidar que cuando el 4 de junio de 1976 mientras la dictadura de Pinochet asesinaba cruelmente y hacía desaparecer a chilenas y chilenos, 23 cancilleres de América, incluido el secretario de Estado norteamericano, Henry Kissinger, inauguraron la VI Asamblea de la OEA aquí mismo en Santiago de Chile. Sólo faltó México que, dignamente, fue el único que rechazó participar.

La más reciente jugada de la derecha variopinta de nuestro país ha sido el escándalo armado en relación a una resolución del  Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela. Por cierto con el apoyo irrestricto de los medios de comunicación tradicionales siempre afectos. Nadie se ha tomado la molestia de consultar en la Constitución Política  del hermano país si la Sala Constitucional actuó o no con apego a Derecho. Les informamos a los que les interese que al artículo 336 de dicho texto jurídico consagra las atribuciones de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, que son muy amplias y entre ellas para dirimir las controversias que se susciten entre los órganos del poder público. En uso de tales atribuciones, y ante la urgencia de aprobar determinados instrumentos de carácter económico, el Tribunal decretó su competencia para suscribirlo en lugar de una Asamblea que se encontraba en desacato. De modo alguno se planteó la disolución de la Asamblea ni se llamó a nuevas elecciones, como se ha mentido descaradamente. Es más, a petición del propio presidente Maduro dicha sentencia fue posteriormente modificada.

Pero ¿ porque no se hizo semejante ruido cuando la dicha Asamblea Legislativa ahora en enero recién pasado destituyó al presidente Maduro y llamó a nuevas elecciones ?

Eso sí es golpismo puro y duro. Pero no hablaron parlamentarios en Chile, nadie pidió asilo, El Mercurio y sus hermanos siameses no protestaron y  la Cancillería chilena no llamó a su embajador en Caracas. ¿Alguien puede explicar o intentar justificar este doble juego?
Unos pocos han hablado de exceso de atribuciones del Supremo venezolano. Supongo que no pensarán meterse en una Constitución soberana de otro Estado, pero además olvidan que aquí en casa la Constitución pinochetista vigente en Chile impide darse una Nueva Constitución si no están de acuerdo las mismas fuerzas que apoyaron al dictador y que también tenemos un tribunal constitucional con muy amplias facultades.

Hasta un juez chileno en ejercicio estimó necesario inmiscuirse en política internacional  y  – olvidando el negro pasado de la Corte Suprema chilena en tiempos de la dictadura – calificó de “gravedad extrema” la situación en Venezuela, donde el Tribunal Supremo podía asumir labores de otro poder.

Todavía más, se permitió formular una propuesta sosteniendo que “ las organizaciones internacionales de jueces o de Corte Suprema tienen que convocarnos y hacer alguna declaración si es que esto no se resuelve“. O sea, alentando el intervencionismo extranjero en Venezuela, vaya, vaya. Terminó con una verdadera perla : “En Chile no hemos tenido ese ejemplo tan drástico. Allá ya está concentrado el poder“. ¿ Serán problemas de la memoria o tal vez no viviría en  el país durante los años de la dictadura?

Finalmente, preguntémonos, ¿dónde si hubo un golpe estos días? Ha sido nada menos que al interior de la propia OEA y lo fue muy poco después de un pronunciamiento muy diferente de las Naciones Unidas.

En efecto, la Comisión de Derechos Humanos de  Naciones Unidas, bastante más importante, más seria y mucho más independiente que la OEA, entregó un completo Informe en que se demuestra el pleno respeto del gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela por el Estado de Derecho y protección de los derechos humanos.
 
Pero no obstó para que un grupo de gobiernos, lastimosamente incluído Chile, hiciera público recién un acuerdo que violenta la propia Carta de la OEA y se inmiscuye en asuntos internos de otro Estado atropellando su independencia y desconociendo el propio orden constitucional de ese país.
 
Pronunciamiento realizado además hasta en una sesión no ajustada a las propias normas procedimentales del organismo, incluso presidida por quien no tenía facultades. Con razón la Canciller venezolana, Delcy Rodríguez, calificó esa maniobra de “fraude jurídico y procesal a la propia institucionalidad de la OEA 
 

Eso es golpismo, eso no tiene sostén jurídico. En nuestro caso ¿se querrá repetir el ridículo internacional sufrido por Chile el año 2004 por hechos similares ? El nuevo “huésped” de la casa del embajador chileno en Caracas parece parte del mismo juego. Llega la hora de no seguir colaborando con el gobierno norteamericano ni con su mayordomo Luis Almagro, aquel extraño personaje que hace muy poco tiempo conocimos en Uruguay como “hombre de izquierda” y que hasta organizó un actividad en homenaje a un  revolucionario cubano. ¿?

Por Eduardo Contreras
Abogado

Santiago de Chile, 17 de abril 2017
Crónica Digital 

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