- El trato vejatorio a un inmigrante haitiano en el Metro de Santiago evidencia el nivel de racismo de la sociedad chilena en contra de quienes llegan al país en busca de nuevas oportunidades, especialmente afrodescendientes. Incluso nuestros pueblos originarios son víctimas a diario de este flagelo.
Hace unos días circuló por redes sociales una carta de un inmigrante que fue discriminado al interior del Metro. Se había quedado dormido en uno de los asientos del transporte tras un arduo día de trabajo y fue acusado por pasajeros nacionales no solo de “robar el trabajo”, sino que también de “quitarles los asientos del transporte subterráneo”. Esta situación, bastante común dentro de la sociedad chilena, evidencia la realidad xenófoba y discriminatoria local en contra de quienes llegan a nuestro país en busca de mejores horizontes.
En este sentido, cabe mencionar que la tasa de inmigrantes en Chile es del 2,7%, lo cual está muy por debajo del promedio mundial que llega al 3,2%, y encontrándose aún más abajo del promedio de los países perteneciente a la OCDE, los cuales bordean el 12%.
Ante tal situación, el presidente de Fundación Participa, Daniel Ibáñez, explicó que “tenemos claros niveles de racismo como sociedad que nos lleva a discriminar no solo a los inmigrantes latinoamericanos, sino que también a nuestros pueblos originarios, pero no así a emigrados europeos, a los que incluso tratamos de extranjeros. En Chile siempre se ha discriminado, lo que se acentúa más en el caso de los inmigrantes afrodescendientes, o con acentos, costumbres y culturas muy diferentes a las nuestras, lo que da cuenta que el tema de fondo acá es el racismo y la intolerancia, materia sobre la que como país estamos al debe”.
No obstante, Ibáñez agregó que “existe una serie de mitos que se han instalado acerca de la migración, por ejemplo, que estamos frente a una crisis migratoria y que hay demasiado extranjeros en nuestro país”, lo que solo es una percepción ciudadana. Pero, ¿a qué se debe esta apreciación? Según Ibáñez, para que el proceso de integración de foráneos en suelos nacionales tenga un menor impacto social “el Estado debe flexibilizar las barreras de convalidación de estudios y títulos profesionales, lo que permitiría a los inmigrantes integrarse de mejor manera, y a nosotros como país aprovechar todo su potencial”.
Aun así, el presidente de Fundación Participa no le quita responsabilidad a la ciudadanía, aclarando que “sin lugar a dudas, todos tenemos que aportar para terminar con estas discriminaciones odiosas, los ciudadanos debemos informarnos para poder entender que la migración, lejos de ser un proceso negativo para nuestro país, es un proceso positivo si logramos integrarnos, debemos ser más tolerantes frente a las diferencias”.
A pesar de esto, la población chilena en general no tiene una buena percepción de los forasteros, principalmente, de quienes provienen del mismo continente, Latinoamérica, por lo que no existe un buen recibimiento de la ciudadanía, lo que provoca que en su mayoría las personas critiquen y discriminen de manera ofensiva a estas personas.
Por el lado legal, y respecto a la posibilidad de iniciar acciones legales ante actos o hechos discriminatorios, el director Schilling Abogados, Mario Schilling, explicó que “quienes resultan directamente afectados por una acción u omisión que importe discriminación arbitraria, podrán interponer la acción de no discriminación a su elección ante el juez de letras de su domicilio, o ante el del domicilio del responsable de dicha acción u omisión, amparados por la Ley 20.609”.
Del mismo modo, el jurista agregó que “si se prueba que existió discriminación arbitraria, el tribunal aplicará una multa de cinco a cincuenta UTM a beneficio fiscal a las personas directamente responsables del acto u omisión discriminatorio. Acá es importante la asesoría y patrocinio de un abogado, para que la acción legal llegue a buen puerto”.
Por Valentina Navarrete
Santiago de Chile, 9 de febrero 2017
Crónica Digital / humanocomunicaciones.cl
El tema pasa netamente por la cultura de nuestro país al moreno en Chile se le dicen Negro, al de ojos orientales Chino, al caucásico Rucio, al Homosexual….., a la señora metida ….. a Jorge Alís le dicen, Argentino…. y así, a la chica estupenda Mijita Rica!!, entonces como quieren cambiar una de las tradiciones más folklóricas del país si al calvo le dicen pelao, y al obeso Guatón al delgado flaco, cosa de ver que hasta en el futbol sacan sobre nombres y el care de…, los Peruanos nos odian, ni dudar de Bolivia, ha cambiado un poco con los transandinos pero solo un poco ¿no? y por mucho que nos las demos de avanzados a la hora de la disputa diremos la nacionalidad y …… tal por cual, ¿me equivoco? hasta quién escribió el articulo deberá reconocer que así es, entonces anda a escribir o otra cosa y déjate de escribir cabezas de pescao lo que no se debe desconocer es que se abusó del ingreso de extranjeros y Chilito país aislado no creo un rápida cultura de adaptación por lo que son los extranjeros son quienes deben adaptarse a nuestras costumbre y si no les gusta que se vayan las puerta son anchas.
Existe abuso y trafico con los Haitiano, reportajes lo demuestran y nada ha hecho el gobierno para resolverlo, menos ordenar el control extranjero para evitar tales vicios, en Chile hay profesionales de otros países que no pueden ejercer sus carreras y sin embargo estamos atestados de traficantes Bolivianos y usureros Colombianos cuyo aporte es delictual, Chile no es un país grande para llenarlo de extranjero descuidando que sea un problema social a futuro, vivo y trabajo 27 años en el norte excepto 2 años que me fui a Santiago, soy de Conce, por todo aquello por mi visto lo digo, he recorrido y vivido el norte Arica, Iquique, Calama, Antofagasta, Copiapó, e ido a Tacna Perú llevando carga, no me cuentan, he trabajado con extranjero en Zona Franca Iquique, en los barcos y camiones, con esa visión escribo, el roce es latente no solo de nuestro lado también de ellos, a pesar de saber que están en nuestro país son cerrados culturalmente acerca de nosotros, el negar eso no es bueno ya que es una realidad, de hecho los aceptamos más nosotros a ellos que ellos de nosotros culturalmente por la novedad quizás, pero ellos vienen por las lucas y expectativa de vida no por la integración o cultura, decir eso es una vil mentira, esa es la dura no hay necesidad de adornar el asunto, es por eso que existe la famosa xenofobia, cuyo termino a la gente común le rebota pues ven lo otro que digo.