Hubo una histórica abstención (65%), especialmente en la Región Metropolitana y el norte grande.
En Alcaldes gana la derecha (39,2%) a la Nueva Mayoría (38,1%), pero hay que afinar porque varios del 17% de independientes se inclinan por uno u otro bloque. Las otras expresiones suman 5,9%, con pocos éxitos, con excepción del notable caso de Valparaíso y también el de Macul. La derecha gana alcaldías emblemáticas, pero no se acerca a una mayoría absoluta agregada.
En Concejales, la suma de las listas de Nueva Mayoría alcanza un 47,1%, contra un 40,6% de la derecha. Este es un muy buen resultado para la Nueva Mayoría (que políticamente no valoró, sin ningún gesto de unidad mayor el 23 en la noche, pues prevalece una lógica competitiva con norte de diferenciación presidencial) y no es un tan buen resultado para la derecha. Los grupos alternativos de izquierda, en medio de una gran dispersión, suman un 8,0%. Y con ecologistas, liberales y expresiones regionales suman un 11,1%. Si se hubieran juntado en menos listas, y planteado un mensaje de alternativa plural, tal vez su impacto habría sido mayor.
El proceso de Valparaíso es la clave para una nueva alternativa de cambio, con movimientos sociales presentes, primarias, nuevos liderazgos, decencia y mensaje claro que expresa una decidida voluntad política transformadora.
Por Gonzalo Martner
Santiago de Chile, 24 de octubre 2016
Crónica Digital