El gobierno de Puerto Rico está hoy alerta ante la repercusión internacional de su crisis fiscal, que indujo al impago de una ínfima porción de su deuda pública de 72 mil millones de dólares.
El ministro puertorriqueño de Estado, David Bernier, hizo la salvedad al plantear la necesidad de que los distintos sectores del país se involucren en las iniciativas del gobierno para sacar a Puerto Rico del atolladero en que se encuentra ante el déficit fiscal.
“Poco importa quién gobierna mañana”, reaccionó Bernier, en funciones de gobernador debido a la ausencia de Alejandro García, quien vacaciona con su familia en Estados Unidos, después de gestiones en Washington para que se permita a Puerto Rico acogerse a la bancarrota.
El gobierno del Estado Libre Asociado (ELA), creado hace 63 años para sacar a Puerto Rico de la lista de países coloniales de las Naciones Unidas como estrategia de Estados Unidos, que lo invadió en 1898, no tiene posibilidad de acogerse a la bancarrota tras ser excluido por el Congreso en 1984.
En julio pasado el Tribunal de Apelaciones del Primer Circuito de Boston ratificó una decisión del Tribunal de Distrito de Estados Unidos en San Juan, que anuló bajo la doctrina de campo ocupado una “ley de quiebra criolla” aprobada por la Asamblea Legislativa puertorriqueña que hubiera permitido a las corporaciones públicas acogerse a la bancarrota.
Bernier aseguró que la administración de García ha estado reaccionando a repercusión internacional del impago de la deuda de la isla al insistir en que el mejor plan para avanzar en la solución de los problemas es involucrar a “distintos sectores”.
“Es un asunto de país y es un problema que enfrenta hoy, por lo que poco importa quién gobierna mañana”, expresó Bernier ante el efecto que puede tener la situación en las aspiraciones de reelección de García, del Partido Popular Democrático.
El anexionista Partido Nuevo Progresista se retiró del comité que trabaja en un plan de recuperación fiscal a cinco años, mientras que el Partido Independentista Puertorriqueño se negó a participar desde un principio por considerar que la solución a la crisis económica y fiscal es resolver el problema colonial de la isla.
Puerto Rico entró en el primer impago de su historia el pasado lunes, cuando debía desembolsar 58 millones de una emisión de deuda de la Corporación de Financiamiento Público (CFP), a la que el Banco Gubernamental de Fomento (BGF) solo abonó 628 mil dólares.
La presidenta del BGF, Melba Acosta, explicó que la situación del impago se produjo por la “falta de fondos asignados para el año fiscal en curso”.
La decisión afectó principalmente al sector de las cooperativas de ahorro y préstamos que fueron inducidas durante la anterior administración del anexionista Luis G. Fortuño a comprar bonos del gobierno para mantener una mayor actividad económica sin que hubiera fuentes de repago.
Prensa Latina
Crónica Digital, 6 de Agosto 2015