El ministro del Medio Ambiente, Pablo Badenier, siguiendo con su campaña de reducción del uso de la bolsa plástica, llegó a la emblemática panadería San Camilo, en el Barrio Yungay, con cientos de bolsas de género que se repartieron a los vecinos que esta mañana compraban el pan. El objetivo del Ministerio no es prohibir la bolsa de plástico, pero incentivar el uso de una bolsa de género o de papel debido al negativo impacto del plástico en el medioambiente.
Cifras del ministerio indican que en Chile se usan cerca de 3400 millones de bolsas plásticas al año -esto es 17 millones cada día- estimándose que en promedio el uso diario por persona es de 1,5 bolsas.
Por su parte, Badenier, señaló “Que es imposible que las bolsas plásticas desaparezcan”, pero que se va a regularizar el uso de bolsas mediante un sistema de certificación que busca que sean biodegradables y reutilizables. Lo que tendría que ir de la mano con el reciclaje, que busca reducir la cantidad de plásticos en los hogares.
Ya es sabido que la característica más negativa de las bolsas plásticas es la lenta degradación por la composición química con que son fabricadas, las bacterias tardan entre 400 a 500 años en poder degradarlas y como no se pueden biodegradar van a parar el mar. Quemarlas es lo peor que se puede hacer por el efecto contaminante al medioambiente.
Cabe mencionar que en nuestro país existen municipios como el de Natales, Punta Arenas y Pucón que han sido pioneros en restringir el uso de la bolsa plástica a través de una ordenanza municipal.
Por Miguel Alvarado Natali
Crónica Digital, 5 de Junio del 2015