La segunda vuelta de las elecciones departamentales francesas, decisivas para el devenir político de este país, tienen lugar hoy en medio de pronósticos de un significativo abstencionismo.
Los comicios aúnan en una misma votación las elecciones cantonales y departamentales, en virtud de una reforma administrativa aprobada en 2013.
En las mismas se elegirán para un mandato de seis años a los nuevos consejos del centenar de departamentos existentes.
La llamada izquierda en este país (socialistas, comunistas, ecologistas) administra 61 de los 101 departamentos franceses. Empero, analistas opinan que ante la división existente, corre el riesgo de perder unos 30 en la segunda vuelta.
Estas elecciones generan incertidumbre y preocupación sobre todo por lo que puede suceder tras ellas, ya que algunos especialistas hablan de una reconfiguración del mapa político galo.
La alianza entre la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP), liderada por Nicolás Sarkozy; y la Unión de Demócratas e Independientes (UDI) ganó, con el 30 por ciento de los votos, la primera vuelta, que tuvo lugar el pasado domingo.
Le siguió el ultraderechista Frente Nacional (FN), con el 24,50 por ciento, formación a la que la mayoría de las encuestas de las últimas semanas daban ventaja.
En línea con lo esperado, el gubernamental Partido Socialista (PS) obtuvo el 19,70 por lo que se ubicó en la tercera posición, en momentos en que el Ejecutivo pierde popularidad.
El nivel de abstención estuvo cercano al 50 por ciento, ligeramente inferior a lo previsto, en unos comicios considerados un test de cara a las presidenciales de 2017.
Los resultados del domingo pasado son vistos como una evidencia de la insatisfacción de las personas con la gestión del Ejecutivo de turno, que no ha cumplido la mayoría de las promesas que lo llevaron al triunfo en 2012.
Un sondeo del Instituto Odoxa reveló que la mayoría de los franceses no desea a ninguno de los principales partidos políticos al frente de los departamentos del país.
El triunfo de la UMP no corresponde a una enorme ola de adhesión a esa formación, sino al hecho de que los ciudadanos opinan que de los males, sería el menor, mostró la pesquisa.
Lo cierto es que la mayoría de las personas están lejos de desear que la UMP, el PS o el FN estén a la cabeza de los departamentos.
Especialistas alertan sobre la falta de credibilidad y de orientación que invade a los individuos con relación al sistema político del país.
Paris, 29 de marzo 2015
Crónica Digital / PL