Esta nueva fecha FIFA tiene vital importancia en lo que se viene respecto de competiciones para la selección de fútbol de Chile. Lo es de este modo, pues en los encuentros frente a México y Haití, no se dejó tan buena impresión como en la previa del Mundial y en el mismo. A partir de ese punto, se mencionó que la selección estaba perdiendo la esencia, que falta “aquel”, y creo que el debate seguirá debido a las decisiones que ha tomado Sampaoli en el último tiempo: sorpresivas marginaciones, inflexibilidad con algunos jugadores, etc.
Pero lo importante, es que se pretende mantener la base de jugadores para la Copa América del próximo año, que se disputará en nuestro país, y ese núcleo se entiende bastante bien, y se conocen dentro del terreno de juego. Pero también debemos ir pensando en el recambio que estos mismos deben proyectar, es decir, empezar a incluir como titulares a Enzo Roco, Luis Pavez, Sebastián Martínez, Andrés Robles, Bryan Rabello, Angelo Henríquez, Nicolás Castillo, Esteban Pavez, y varios más que deben aprovecharse en un tiempo próximo, si no queremos que ocurran proyectos frustrados a futuro.
Frente a Perú, “Minimí” no se guardó nada, y echó “toda la carne a la parrilla”, por eso veíamos prácticamente al once inicial de los partidos de la Copa del Mundo, ya a 3 meses y medio de su realización. La misma prensa incaica vaticinaba un estilo de juego de los visitantes, “ratonear”. Y si bien esperaron a Chile, en un principio aguantaron bien e hicieron ver mal al local en los primeros minutos del cotejo. Después de una llegada que podría haber finiquitado en un golazo de Vidal, la carga peruana finalizó en una falta penal de Medel a favor de Perú. Para suerte de Bravo, aunque se había lanzado bien, Paolo Guerrero mandó el balón afuera, animando al público y al mismo elenco nacional.
La presión y la posesión del balón recaerían nuevamente en Alexis Sánchez, quien dándoselas nuevamente de creador, mandó un pase magnífico para Eduardo Vargas en los 28’, definiendo ante la salida del portero Fernández, e instaurando la sonrisa en los asistentes al estadio Elías Figueroa de Valparaíso. Los abrazos volverían a repetirse, porque seis minutos más tarde, tras un tiro libre ejecutado por Charles Aránguiz, Gary Medel rozó el balón mientras los peruanos reclamaban el fuera de juego, que no había pues había “picado al vacío” en el límite del offside.
Bordeando los 40’, Gary Medel se convertiría en el jugador del partido. Tras el penal, y su gol, en la salida chilena, Cruzado le propinó un codazo que lo marginaría del resto del partido debido a un corte en la lengua, en su lugar ingresaría el “Gato” Silva. Al jugador “banda-sangre” lo expulsaron y el ambiente parecía enardecerse, pero para el trámite del partido, sirvió de calma para el juego de la selección. Claro, era un juego trabado y disputado, pero siempre Chile se mostró con mayor claridad y pulcritud en términos de jugadas en ofensiva.
Ya en la segunda mitad, cerca de los 10 minutos del lapso, tras la típica pared por la banda derecha entre Sánchez e Isla, el último mando un buen centro que conectaría de volea “Edu” Vargas. Doblete y golazo. De ahí en adelante el juego se fue diluyendo por la ventaja numérica en el marcador y en la cancha. Se probaron cambios, algunos para reemplazar la misma posición, y otros con el fin de hacerle adoptar al equipo una actitud más ofensiva, pero curiosamente manteniendo siempre la línea de 3 defensores, lo cual trajo en algunas jugadas específicas ciertos problemas con la velocidad de los delanteros peruanos.
A modo de corolario, es importante destacar la fluidez de Chile, sobretodo después de cada gol, manifestando la relevancia anímica que tiene la concreción material que hace falta en el equipo, y que aún precisa de un delantero centro que evoque la época de Zamorano, Salas y Caszely. Dentro de todo fue un buen partido, que ayuda en la confianza, dado que lo que se categoriza como goleada, no había sido logrado hace un buen tiempo por estos muchachos. Espero que en el encuentro del martes contra Bolivia se haga un recambio y se pruebe a los jugadores sobre los cuales se discute si deben estar o no en la palestra, para aportar como un eventual cambio de los 11 “Iluminattis”.
En este sentido, me gustaría ver que el impulso que ha tenido el fútbol chileno en los últimos años, se demuestre con la formación de una selección “local” que también haga el peso de los nombres que hoy figuran en las grandes ligas europeas. Es difícil y complicado, pero un desarrollo paulatino de los jugadores de nuestro torneo contribuirá al crecimiento futbolístico que deberá tener la selección para los desafíos que la convocan próximamente. De eso no me cabe la menor duda…
Por Vicente Vásquez Feres
Crónica Digital, 11 de octubre 2014