Habitantes japoneses del pueblo costero de Taiji prosiguen hoy con la caza de delfines, tradicional práctica considerada cruel a nivel internacional que tiene lugar cada año de los meses de septiembre a abril.
Pobladores de esa demarcación de la Prefectura de Wakayama (oeste de Japón), pese a críticas de organizaciones ecologistas por las matanzas de esos animales, afirman que la captura de delfines y ballenas es fundamental para el crecimiento económico de la región.
En estos días pescadores de Taiji mataron los primeros delfines de la temporada, luego de acosarlos y aturdirlos en el mar durante horas con el uso de más de una docena de barcos pesqueros, denunció la organización de protección medioambiental Sea Shepherd.
Las sofisticadas embarcaciones en su conjunto causan ruidos que provocan que esos animales acuáticos se trasladen a una escondida ensenada, donde son acorralados y muertos de forma violenta con lanzas y cuchillos.
De acuerdo con ese organismo, los cetáceos, que sufren en sus cuerpos el impacto de los arpones, son destinados en su mayoría al mercado nipón para el consumo humano.
Otros ejemplares, en tanto, son capturados vivos y llevados a zoológicos y acuarios de diversos países.
La cuestionada caza de delfines en Taiji se conoció a nivel mundial luego de que esa práctica fuera reflejada en el documental estadounidense The Cove (2009), ganador de un premio Oscar.
Según datos de Organizaciones no Gubernamentales, durante la campaña pesquera 2013-2014 en Taiji fueron sacrificados unos 800 delfines, en tanto más de 160 fueron capturados vivos.
Tokio, 25 de septiembre 2014
Crónica Digital / PL