Convencido de que “para que una alianza estratégica público-privada pueda ser relevante y tener los efectos deseados lo que requiere es de una ley que podamos discutir de inmediato, que permita al Estado convertirse en socio directo de los privados y no seguirse relacionando con ellos a través de instrumentos que para esos objetivos son insuficientes e irrelevantes” sostuvo el senador Alejandro Navarro (MAS).
El legislador de la región del Bío-Bío “se requiere una ley para garantizar las condiciones para esta alianza estratégica, donde haya más Estado, para que haya más mercado, y no para reemplazarlo como algunos parecen creer. Hay que derrotar los miedos, y las desconfianzas para poder actuar de manera conjunta en áreas claves que permitan afectar positivamente la economía nacional. No podemos seguir esperando que en algunas áreas actúe la mano invisible, porque ello no ocurrirá”.
Navarro aseveró que lo sostenido por el ministro Alberto Arenas es positivo pero insuficiente. Lo que se necesita es justamente romper la tendencia, la inercia, los paradigmas existentes. Y para eso hay que asumir que aunque existe una iniciativa privada que cumple un rol insustituible, también el mercado debe aceptar que hay áreas de la economía y especialmente territorios donde sin la presencia del Estado como socio, jamás habrá inversión ni desarrollo”.
Sobre esto último, a manera de ejemplo, el parlamentario recordó que “ya en 1997, en el contexto del cierre de Enacar, un conjunto de diputados presentamos un proyecto de ley que permitiera al Estado invertir en aquellas zonas donde los privados no tenían interés en hacerlo, para que luego de haber iniciado una actividad económica, ésta pudiera ser licitada a manos privadas. A juzgar por lo que sucede en zonas deprimidas o rezagadas, era una idea que habría ayudado a evitar mucha cesantía y migración”.
En muchos pases de Europa se permite crear empresas público-privadas con capital de riesgo asumido por el Estado y luego de 5 a 10 años el privado tiene la primera opción de compra. El estado no podrá quedarse con ellas. Ya se ha probado que la actual institucionalidad es total y absolutamente insuficiente. Ya ha sido probada en las crisis. De la pesca, carbón, Bellavista Oveja Tomé, y Lozapenco, por ejemplo. Corfo, Banco Estado, Sercotec, gobiernos regionales, fundaciones con apellido Chile y otros, no dan el ancho para este desafío.
“La sola inversión pública o ejecución del presupuesto no dará cuenta del impulso que la economía y este ciclo negativo necesita. Una alianza estratégica es de mediano y largo plazo. Los presupuestos nacionales anuales son para la coyuntura y eso no es estratégico. Solo el mediano y largo plazo harán creíble una alianza Estado-privados”, enfatizó Navarro.
Finalmente, el parlamentario dijo que “así como el Estado debe poner de su parte, sería bueno también saber hasta donde los empresarios están de acuerdo en avanzar en esta alianza estratégica, con un nuevo rol para el Estado. Porque para romper la inercia, superar la desaceleración económica, pero sobre todo para avanzar hacia una sociedad con trabajo decente y menos desigualdad, debemos concordar puntos comunes de partida”.
Santiago de Chile, 27 de agosto 2014
Crónica Digital / pL